Trabajas para mí

Después de una larga jornada de trabajo voy en el auto junto con Paulo a la mansión, estaba cansado y un poco irritado ya que me costó mucho cerrar un negocio muy jugoso, pero lo logré nada es imposible para mí.

— ¿Y? ¿despertó? —pregunté sin tanto rodeos a Paulo

—¡no amigo! el doctor dijo que dormiría bastante pero no pensé que tanto la verdad.

—Ojalá despierte rápido, no me siento bien sabiendo que hay una desconocida en mi casa. —Rosita siempre tan atenta y cariñosa nos recibió tomo mi saco y mi portafolio

—El Chef ya le servirá la cena mis niños vayan al comedor

—Gracias rosita—dijimos al mismo tiempo — ¿y la bella durmiente cómo está? —pregunta Paulo

—¿Bella durmiente? ¡vamos amigo! de bella no tiene nada pero sí que duerme —dijo Arturo con una sonrisa amarga

—¡No seas malo! — lo reprende rosita —ella es una niña y por cierto muy hermosa

—Bueno eso no lo voy a discutir tengo hambre y la cena está deliciosa.

Arturo está sumamente cansado que no duda en irse a dormir, pero más malas pesadillas invadieron su tranquilo sueño haciéndolo despertar. Baja a la cocina por un poco de agua su corazón estaba acelerado cuando se voltea ve una mujer, pensó que era un espanto y aunque no es de creer en esas cosas, la verdad se pegó un susto de m****a. Tanto que dejo caer el vaso de agua

— Disculpa no quería asustarte, lo lamento te ayudaré —se apresura hablar una dulce voz en idioma inglés —¡retírate! —le dijo en seco Arturo, ni tan siquiera quería mirarla — Disculpen señor, es que estoy desubicada no sé dónde estoy —habla la chica con nervios —Estas en mi casa y que bueno que ya despertaste así sigues tu camino —Hailey se quedó mirándolo, como un hombre tan guapo , es tan amargado y machista —Entiendo señor, gracias por dejarme quedar en su casa , ya que desperté me siento mejor gracias a usted

—¡A mí no! fue mi amigo Paulo así que no me des las gracias

—ok, me retiro en este momento, señor disculpe la incomodidad que le ocasione . —¿Eres tonta o te haces? no ves que es de madruga vuelve a tu habitación y mañana te largas. Hailey sé que muda ante las palabras de él. Solo vio como paso por su lado y ella pudo sentir su aroma haciéndola sentir una extraña sensación lo vio subir las escaleras y desaparecer. Pero no le agrado su comportamiento, es muy mal educado aunque agradeció que la dejara quedar por esa noche, ella no tiene a donde ir y de aseguro a esa hora le podría pasar algo aún que se sabía cuidar sola. Hailey volvió a la habitación de dónde había salido estaba sola gracias a Dios. Había un ventana, se veía el jardín y la nieve caer, sintió nostalgia empezó a llorar siendo las 6 AM rosita despertó y fue a verla, la encontró dormida en el sillón que estaba cerca de la ventana sintió felicidad por qué entonces ya había despertado, pero también tristeza de verla tan vulnerable .

—Buenos días chelsito ¿cómo amaneciste? —dijo rosita con cariño

—Buen día rosita de maravilla, haciendo un gran desayuno para el jefe sabes que me gusta sorprenderlo —lo sé chelsito , ¿tienes algo ya listo? es que la niña ya despertó y deberá tener hambre —claro rosita mira, llévale este caldo de pollo , tostadas, hay café echo también estoy picando un fruta — Rosita se dispuso a poner todo en una bandeja y se dirijo a la habitación donde estaba Hailey. Rosita dejo la bandeja, camino hacia Hailey y tocó su hombro —¡Niña , niña despierta! —Hailey abrió los ojos de golpe—no sabes la alegría que me da que hayas despertado niña, mi nombre es Rosita soy la ama de llaves de la casa ¿cómo te llamas? —Hailey Melnyk señora Rosita.

—Oh solo Rosita, sé que tienes hambre pequeña he traído esto para ti. —Rosita gracia por su gentileza, es usted un ángel.

—Gracias mi niña. —Hailey empezó a llorar nuevamente después de días de sufrimiento alguien era amable con ella. Rosita se acercó a ella y la abrazo. —No estás sola mi niña.

—Gracias rosita.

Rosita le dijo a Hailey que se bañara y se vistiera bien para ser presentada con los jefes minutos después Hailey salió del baño, y sintió pena vestirse delante de rosita

—Ya veo eres una niña pura ¿verdad? tranquila estamos entre mujeres mi niña pero me voy a girar para que puedas vestirte tranquila.

Minutos después Rosita y Hailey se acercaron al comedor. —Buenos días—dijo Rosita, Paulo se quedó mirando a Hailey , a diferencia de Arturo que la miro y siguió desayunando.

—Que bueno que hayas despertado—hablo Paulo muy gentil

—Gracias y mucho gusto, mi nombre es Hailey Melnyk quiero agradecerles por haberme ayudado , no quiero incomodar . Algún día les devolveré el favor

—No tienes por qué niña —dijo Paulo con aprecio

—Bien , fin de la charla, creo que ya fue suficiente. Paulo te dará un dinero ya que no tienes nada, así puedas seguir tu camino —dijo Arturo con arrogancia sin mirar a nadie, solo se disponía a desayunar

—De hecho niño Arturo ella puede trabajar aquí, una de las empleadas de oficio le di descanso ya que ella está ya en su etapa final de embarazo o si no, bueno, me tocará trabajar a mi—hablo Rosita para convencer a Arturo

—Tonterías rosita, tú no estás para eso —dijo Arturo molesto. El miro a Paulo y este sintió con la cabeza —Bien contrátela y le deja la habitación donde está o como sea, espero que no me des dolores de cabeza ¿ok?, además de vez en cuando irás a limpiar mi departamento ya que la otra era la que se disponía a limpiar. Espero que sirvas al menos para eso — Hailey quería maldecirlo pero se quedó callada, no podía desaprovechar la oportunidad. —¿que haces ahí parada? ve a limpiar —dijo Arturo con maldad.

Rosita le fue enseñando a Hailey a limpiar y está le fue agarrando el ritmo, estaba un poco cansada ya que limpiar piso y más esto no es fácil. Lavo los baños de la planta baja mientras que la otras dos chicas se ocupan de la segunda planta. Era la hora del almuerzo. Hailey lo comparte con los empleados, almorzando en armonía hasta que la puerta de la cocina sonó y todo se pusieron de pie, era Paulo llamo a Hailey aparte. —Señor Paulo ¿vienen almorzar ?—pregunta Hailey, quiere atenderlo bien —Bueno vine a traerte estás cosas, como no tienes nada aquí, traigo lo básico para ti —Señor Paulo no se hubiera molestado ya ha hecho mucho por mi—dijo ella sonrojada —No me molesta absolutamente. —Lo recibiré por qué lo necesito, pero no quiero que tenga ninguna intención conmigo señor. Disculpe si soy clara. —Eres una niña para mí Hailey, solo me compadezco de ti.

— Me deja más tranquila señor Paulo —dime Paulo nada más —Dijo con una sonrisa —¡está bien! guardaré estás cosas ¿desea comer con nosotros?

—Claro.

Todo iba bien, hasta que Hailey recibió una orden que no le agrado mucho —Hailey tienes que ir hoy al departamento del niño Arturo

—¿y eso?

—Para la limpieza, es fin de semana y a él le gusta tener todo en orden —¡Entiendo!

— El chófer te va a llevar

—Gracias rosita

—Otra cosa, llévate esto para que cenes allá. No aguantes hambre — Hailey le dio un beso en la frente de Rosita y le agradeció.

Al llegar al departamento casi no dejan entrar Hailey ya que es de suma seguridad, afortunadamente el chófer intervino por ella. Llego al departamento y se quedó helada al ver lo espectacular que era, pero se dispuso a limpiar todo, entro a una habitación la cual el señor Arturo tenía sus perfumes y por alguna razón loca ella los olió, asimismo también observo la ropa y la colección de los zapatos —Si que es perfeccionista—pensó ella. Dejo las tonterías y limpio la habitación aunque no había mucho por hacer. Estando en la sala de estar, se abrió la puerta principal, ella se puso nerviosa, entro el señor Arturo manoseando a una rubia por todas partes, Hailey no sabía qué hacer. Arturo estaba perdido en su momento, pero la rubia le hizo señas de ahí había compañía, así que fue discreto se acomodó el traje y dijo:

—¿Qué haces aquí? — indagó fulminando a Hailey con la mirada

—Buenas noches señor Arturo! la señora Rosita me dijo que viniera, pero haga como si no estuviera, de hecho ya estoy terminando

—Tú no te vas, ya que estás aquí nos atenderás, lleva un vino y dos copas a mi habitación pero ya—ordeno él.

Hailey sintió ganas de tirarle el trapo en la cara pero solo agachó la cabeza y dijo: —¡Si señor! — Ella se debatía si entraba o no la habitación, tocó la puerta varias veces pero no hubo respuesta alguna, así que entro y la rubia estaba sentada encima de él y mientras que Arturo toca el cuerpo de la mujer, parecía un pulpo. Hailey se puso roja de ver esa escena.

— Disculpe señor — pero Arturo seguía besando a la rubia, abrió los ojos e hizo señas de que le sirviera el vino. Está asintió y apenas lo sirvió se retiró de la habitación. Escuchaba los gritos y los gemidos de esa mujer sintió curiosidad de cómo sería si ella estuviera en el lugar de la rubia, pero no solo eran pensamientos tontos, él nunca estaría con una mujer desaliñada como ella, además él era muy grosero.

Hailey estaba que se quedaba dormida en el sillón.

—¿Qué haces ahí sentada?—pregunta Arturo ella lo voltio a mirar y se paró de tope del sillón, al verlo sin ropa, solo una toalla blanca como la nieve enrollada en su cintura miro al piso inmediatamente llena de vergüenza

—Señor, si mi trabajo ya terminó puedo retirarme por favor

—¿Eres tonta o qué? trabajas para mí, yo te digo a qué horas te vas buena para nada. Prepárame la cena tengo hambre

—No sé si le gustará señor —responde ella nerviosa

—Eso lo diré yo, ahora hazlo y luego limpias mi habitación

—Sí, si señor Hailey — sintió como sus ojos se pusieron llorosos ¿cómo era posible que la humille tanto?, cuando ella en Ucrania vivía bien, no rica, adinerada, pero si bien con el amor de sus padres, popular en la universidad, pero debería someterse a eso, por un tiempo para sobrevivir.

Luego de media hora Hailey había hecho la cena, lo dispuso en la mesa y volvió a tocar la puerta del cuarto del señor Arturo, sentía rabia por qué no disimulan sus gritos de mucho sexo. Luego de unos minutos salieron la rubia estaba con una bata color roja que la verdad se le veía hermosa. Hailey se retiró para arreglar el cuarto mientras ellos cenaban, eran las 12 de la noche. —¡Delicioso! cocina bien tu empleada —dijo la rubia

— Es una buena para nada ,come y te vas

—Tú no cambias mas —dijo la chica con desánimos

—No lo haré por ti, ni por nadie. Así soy y lo sabes

—Cálmate galán, se el juego. Más bien, gracias el sexo estuvo genial

—¡Soy el mejor! —dijo todo presumido.

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