Ella te gusta y no lo quieres aceptar

Hailey no podía creer como revolvieron de la nada toda la habitación, almohadas en el suelo y lo peor, tres condones usados por él, sintió asco solo de higienizar. Empezó a organizar la habitación, después de hacerlo echo rocío aventador para que oliera bien , cuando termino salió de la habitación, y estaba el señor Arturo solo, sentando en el sillón con lentes mientras escribía en su laptop. Hailey lo ignoro y se dispuso a lavar los platos, los ojos no le daban más, estaba que se dormía.

— Señor disculpe por interrumpir, ¿me puedo retirar? ya es tarde y he hecho mi trabajo —dijo ella sin mirarlo a los ojos. Arturo le dio un vistazo y la vio cabizbaja.

—10 minutos — solo eso se limitó él, en responder.

Ella vio como él fue a la habitación y salió en 5 minutos con ropa normal, un sudadera tenis y una camisa deportiva. Hailey se mordió el labio, pues su jefe se veía sumamente guapo. Arturo estaba de mal genio.

— Te piensas quedar ¿o qué ? muévete no tengo toda la noche .

Ella camino rápido y lo siguió, hasta subir al ascensor. Él pudo ver atreves del espejo los ojos cansados de ella ,no dijo nada a pesar de que ella le causaba inquietud, solo esperaba que las puertas se abrieran. Una vez que sucedió, el salió primero y luego ella, llegaron a las camionetas junto con los guardaespaldas que la custodiaban. Ella fue con Luis, el chófer y Arturo en su auto escoltado.

Al día siguiente día Rosita la despertó ya se estaba pasando la hora .

— Niña, niña despierta se te está haciendo tarde. —Hailey se despertó pero se sentía muy agotada —¿no dormiste bien ?

—El sr. Arturo me tuvo trabajando hasta la 1am

—¡¿Que?! ¿cómo es posible?

—No le digas nada Rosita, dame un momento ya me ducho y salgo a mis labores

—está bien mi niña. . .

—Que mala noche tuve, no pude dormir ni m****a ¡todo por culpa de esa niñita —se quejó Arturo en la mesa.

—No me digas que ella te desvela — se burló Paulo

—¿Que mierdas dices Paulo?, ¡claro que! no es mi tipo. Es una desaliñada para mí, solo que ayer me irrito verla

—Me haces pensar malas cosas Arturo, no será que ella te gusta y no lo quieres aceptar Arturo lo miro con cara de pocos amigos

—Dices puras estupideces amigo

—Solo no la lastimes— dijo Paulo muy serio. Arturo no dijo nada al respecto, Hailey se acercó al comedor, ayudo a Rosita a servir el desayuno.

—Buen día Rosita —dijo Arturo

—Buenos días, Rosita, buen día Hailey— saludo Paulo

—Buenos días mis niños —los saludo Rosita

—Buen día señor Paulo —habla Hailey

—¿Te encuentras bien?, te veo como pálida —dijo Paulo observándola —Estoy bien señor buen provecho. Ellas se retiraron

—No puedo creer Arturo que la hayas puesto a trabajar ayer tanto

—Tampoco tanto ...

—Bueno que va a hacer hoy el jefe?

—Como te dije pasaremos el día acompañados, ya mañana descansaremos bien . . .

Siendo fin de semana, Paulo y Arturo se encontraron cada quien con a la chica que querían. Estando Arturo con su acompañante en la habitación, para tener intimidad la chica empezó a besar Arturo y a tocarlo pero él no sentía nada, se imaginó ver a Hailey limpiando, se maldijo por eso .

—¿Que pasa cariño no te gusto? —pregunto la chica desconcertada

—Lo mejor es que te vayas —dijo el alejándose de ella —¿es enserio? tanto para no pasar nada —Vete por favor — La chica salió muy molesta, tanto que hizo un gran ruido al cerrar la puerta.

Él le dio un puño a la pared, tenía mucha rabia. Se sirvió un trago, no quería interrumpir a Paulo “él se merece su descansó” pensó.

Luego de algunos minutos llegó a la mansión. Fue directo al bar que estaba al lado de la cocina, se sirvo un trago y por razones que él no entendía se acercó a la habitación de Hailey y no la vio. Lo cual era extraño, iba a ir a su habitación pero sintió la intriga de saber dónde estaba o quizás no soporto las humillaciones de él y se marchó.

Inquieto recorrió varias áreas hasta que la encontró en la biblioteca con un libro en su pecho y profundamente dormida. Él se acercó a ella y observó su rostro, su pequeño rostro Angelical. Cuidadosamente hizo a un lado el libro y no pudo evitar mirar sus piernas.

La cargo entre sus brazos y la llevo a la habitación, la acostó pero ella entre dormida lo tomo a el del cuello de la camisa El al estar tan cerca de ella, la beso, pero se separó de ella, sintió rabia. Salió de la habitación en busca de la botella de whisky y la llevo a su habitación. Hailey despertó por el sonido de la alarma que Rosita puso. No entendía como llego a su cama, solo recordaba que estaba en la biblioteca. Rosita le indica a Hailey que debe ir al departamento de Arturo, ya que por ser fin de semana era seguro que llevo alguna chica y está todo hecho un desastre otra vez. Aunque Hailey no quería le tocó hacerlo, después de todo es su trabajo.

Al llegar vio que nada más había un vaso de whisky sucio y se le hizo extraño.

—De aseguro su habitación está echa un desastre— se dijo a si misma, sin embargo al ingresar se quedó sorprendida, todo está bien organizado, de modo que solo limpio por encima y barrio repaso la cocina y saco las cosas del refrigerador que no servían. Cuando la puerta se abre, ella siente un escalofrío recorrer su cuerpo, ella se giró y era Arturo…

—¡Buen día sr Arturo! — Él no la saludo si no que dijo de una vez

—Prepara el almuerzo

—Disculpe señor Arturo pero no sé cocinar muy bien, el Chef va a preparar almuerzo le puedo llamar

—¿Estás sorda, o qué? te he dado una orden ¡obedece y rápido! porque vendrá una amiga. Hailey se voltio, reviro los ojos y dijo: “imbécil” en voz baja.

—¿Que has dicho? —dijo el con la voz aguda muy molesto

—No, no, nada señor — el corazón de ella estaba que se salía del susto. Fue a preparar el almuerzo, hasta que timbre sonó y recibió a una preciosa mujer, cada vez era una distinta.

—Guapo que rico verte —saluda la mujer de manera descarada

“Cómo quisiera que me mirara así, bueno de manera amigable nada más, pero solo me odias.” Fue el pensamiento de Hailey.

Cuando el almuerzo estuvo listo Hailey le dijo a su jefe

—Señor, ¿le sirvo ya?

—¿Tienes hambre bella? — le pregunto él a la mujer.

—Si papi y mucha, pero más de ti —hablo toda coqueta.

Y así de la nada Hailey observa que se levantan y se retiran a la habitación, no dijo ni una sola palabra pero tenía mucha, pero mucha rabia.

Y otra vez, esos malditos gemidos que odiaba escuchar llegaron a sus oídos como eco. Molesta, intento concentrarse en limpiar la cocina y luego de media hora salieron por fin.

—Señor ¿les sirvo el almuerzo? —consulto sin mirarlo a los ojos.

—¡No! iremos a comer a un restaurante prestigioso —respondió Arturo con arrogancia.

“Es enserio maldit@ infeliz” dijo Hailey en sus pensamientos.

—Limpia mi habitación — fue lo último que le ordeno y se marchó. . .

Al llegar a la mansión Hailey se despidió de Luis y fue a su habitación. Tomo un baño para relajarse y luego de tanto estrés Rosita le aviso que están pagando el sueldo. Hailey se puso un vestido de girasoles que Paulo le regaló, tocó la puerta del despacho y escucho una voz

—Adelante. —oyó. Al ingresar era Paulo y menos mal

—Hola señor Paulo ¿cómo está? —saludo ella sonriente

—Bien Hailey toma asiento, te ves muy linda.

—Muchas gracias, señor.

—¿Cuándo dejaras de decirme señor?

—Bueno será cuando esté a su altura o por respeto a su edad

—Me ofendes— dijo el sonriente

—No lo malinterprete señor, lo lamento, no era mi intención ofenderlo.

—Tranquila, dime ¿cómo te sientes trabajando aquí?

—Bueno para ser sincera ni bien, ni mal señor, pero estoy muy agradecida.

—Ten Hailey es tu sueldo —expreso extendiendo el dinero, Hailey abrió los ojos como platos.

—¡Es bastante señor! —exclamo ella asombrada

—¡No! eso es lo que te corresponde, son adicionales por limpiar el departamento de Arturo.

—¡No lo sabía! gracias— dijo sumamente agradecida sacando la mitad de su sueldo—tenga señor, no sé cuándo vale lo que compro para mí, pero quiero pagárselo poco a poco

—Eres una niña desobediente Hailey, fue un regalo para ti.

—Usted ya hizo mucho por mí, por favor me siento más tranquila y útil que reciba el dinero

—Está bien niña, si lo pides así lo aceptare — Hailey sonrió.

—¿Qué piensas hacer esta tarde Hailey? —pregunto Paulo intrigado

—Quiero conocer un poco la cuidad señor Paulo, caminar y bueno, pensar un poco

—Está bien niña, si necesitas al chófer lo puedes llevar.

—De hecho también es su descanso y el me acompañará

—Está bien, diviértete.

Hailey salió entusiasmada y busco al otro extremo de la mansión a Luis, que era el lugar donde se quedan los de seguridad. Ambos al encontrarse se saludaron amistosamente y caminaron en direccion a las rejas salir de la mansión, Hailey reía mucho por las ocurrencias de Luis, sin embargo su sonrisa se borró al ver Arturo…

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