Gael.
Miro el reloj en mi muñeca y ya casi van a ser las doce, otra ves me quede asta tarde en el trabajo apagó el monitor y recojo algunos papeles para llevarme los a la casa, salgo de mi oficina poniéndole seguro por seguridad y al llegar al estacionamiento me doy cuenta que soy otra ves el último en irse, al manejar por las calles vacías recuerdo el último día que miré a Rosa maneje lo más rápido que pude pero al final llegue tarde ella ya se había ido y lo único que dejo fue a nuestro pequeño Gabriel que nunca la pudo conocer Rosa era tan dulce como la flor que lleva su nombre ella siempre estuvo conmigo cuando inicie mi empresa dando me su apoyo en cada paso que daba me prometió que estaría conmigo cuando fuera la mejor empresa del país, el sonido de un claxon me saca de mis pensamientos y me doy cuenta que el semaforo ya a cambiado de color, pongo en marcha el auto y al llegar a la casa me encuentro a Rafael en el garaje esperándome, bajo con prisa esperando que paso algo malo.