En cuanto entró por la puerta, una cajera vestida con uniforme se apresuró a recibirle.
—Señor, ¿en qué puedo ayudarle?
Miguel sacó inmediatamente el cheque.
—Necesito abrirme una cuenta e ingresar este cheque.
La cajera miró el cheque y vio que la cantidad eran dos millones. Entonces, le dijo rápid