Luego se hicieron las ocho de la noche así que enseguida Zahir se marcha, pero antes paso a comprar unas deliciosas pizzas para cenar junto a Alaia y él niño.
Al día siguiente suena el timbre de la casa, Zahir al percatarse de que no había nadie en casa continuó hacia la puerta y al abrirla se quedó completamente en shock al ver quien estaba justo alli, sus lagrimas comienzan a caer por su rostro, él aún no lo podía creer, para él, ese instante solo era nada mas que un sueño, de pronto Zoé con una sonrisa le dice:
—¿Me dejaras aquí parada?
Él reacciona y muy nervioso le dice:
—Disculpa mi amor, perdón quise decir Zoé, pasa, pasa, siéntate aquí o aquí en este otro sofá, bueno, siéntate dónde gustes — Sus nervios no lo dejan coordinar las palabras.
Zoé observa la casa muy detalladamente y luego se sienta en uno de los sofás, mientras que él continuaba estando muy nervioso y le dice:
—¡Disculpa! ¿quieres tomar algo? ¿un jugo? ¿Un poco de leche? ¿Refresco? lo que gustes, tú solo dime— Abr