Las 2 damas entraron al cuarto sellado, se sentaron una frente a la otra, la Generala sacó su espada y la colocó levitando a pocos metros de la mesa.
- Nada de lo que conversemos podrá salir de acá mi amiga.
- Lo entiendo Ana.
- El asunto es el siguiente. Hace unos 4 días se reunieron en Axius, en el Mesón de la Candela, 2 suj