Al día siguiente las cosas empezaron con normalidad y tranquilidad, donde Alexa le servía su desayuno al pelinegro y después se despedía para ir rumbo al trabajo.
Por su parte Lisandro se levantó para desayunar cuando se aseguró que ella no regresaría, aunque primero entro a tomar un baño y justo cuando estaba por disfrutar de sus sándwiches tocaron el timbre.
Al abrir la puerta se encontró con su amigo rubio.
- Buenos días – le saludo Jonathan notando que le miraba mal con su sándwich de huevo a medio comer en su mano – oh se ve bueno ¿tienes otro? – hablo entrando a la casa.
- Interrumpiste mi desayuno – le reclamo mientras cerraba la puerta.
- Oh… que envidia desayuno en la habitación – dijo Jonathan mirando la mesa, donde vio que había más sándwiches y tomo uno para comerlo.
- ¡Oye, es mío!
- Hm… que rico, la cantidad justa de mayonesa y el huevo esta esponjosito.
- Jonathan – le reclamo molesto.
- Vamos no te quejes tu siempre eres cuidado y mimado, en cambio yo estoy solito – dr