LEA
Cuando despierto, lo primero que veo es el techo blanco que se presenta ante mi, con ojos llenos de miedo comienzo a inspeccionar el sitio; un cuarto de hospital. Es donde me encuentro, intento moverme pero me duele todo el cuerpo, a mi lado hay un gotero y estoy conectada a un montón de cables y mangueras, una de ellas va dirigida a mi nariz, llegando a un respirador. Con manos temblorosas y el corazón comprimido me la quito, hago una mueca cuando me incorporo.
—Lea.
Una voz ronca me eriza la piel, giro a mi derecha y mis ojos conectan con los de Enzo.
—¿Qué ha pasado? —trago duro al tiempo que observo como se acerca hasta mi, tiene un ligero vendaje en el brazo y alg