—Mientes —me tiembla el labio inferior.
—¡No miento, y quería matar a ese maldito bebé porque si el nacía tú me ibas a apartar de tu vida, ya no íbamos a ser Lea y Alana contra el mundo!
—Yo no sabía...
—¡Pues claro que no, porque eres una idiota que va causando lastima al mundo, eres una puta, una zorra y ese bebé y tu deberían estar muertos!
Una vez más deseaban la muerte de mi bebé, no me dolían las palabras punzocortantes de Alana hacia mi persona, pero que su padre, sus abuelos y ahora Alana le desearan la muerte, solo incrementan los niveles de mi dolor.
—¡Ojala te mueras Lea Davis!
Alana cerró la boca con el golpe que l