Laura

No hubo parte del cuarto donde no hiciéramos el amor Damiano era increíble y hacia cosas con mi cuerpo que jamás en mis veinte años de vida pensé que se podían hacer. Decidimos marcharnos el domingo en la mañana porque tenía cosas que arreglar para la universidad (bueno en realidad decidí yo porque Damiano no pretendía irse nunca)

– ¿Laura estas segura que quieres irte? ¿No puedes faltar a la universidad?

– No, Damiano ya falté dos veces esta semana – decía mientras armaba la maleta. Damiano estaba acostado en la cama en bóxer viéndome hacer la maleta cosa que era una distracción para mí. Se paró y se colocó detrás de mí pegándome su miembro a mi trasero que era muy grande, metió sus manos por mi camisa y apretó mis pechos eche mi cabeza hacia atr&aa