CAPITULO 1

Capítulo 1

Fue un 22 de noviembre del 2011

Estábamos todos entados en la sala de nuestro apartamento a la espera de la respuesta de la universidad. Mi familia no era pobre pero tampoco desbordaba de dinero, pero podíamos vivir bien. Mi corazón latía a toda prisa.

Sentados todos, mis padres en el mueble doble. Mis hermanos en el mueble del frente a mis padres y yo en unas de las sillas del comedor en frente de todos para dar la gran noticia. Mientras leía con detenimiento el correo que me había llegado como respuesta a mi prueba de admisión para la universidad

– Y bueno – pregunta mi hermano esteban. Mientras mueve los pies de forma  nerviosa  

– Que te dijeron entraste o no – dice mi hermana Paula. Con impaciencia

– Yo… yo... yo entre me dieron la beca – digo con un nudo en mi garganta. Y llena de felicidad

– Felicidades te mereces esto y más mi princesa – dice mi padre. Un hombre tan dulce como la miel. Muy pasivo y comprensivo. El hombre de mis sueños. Se levanta y me envuelve en sus brazos

– Yo también estoy muy orgullosa mi vida – dice mi madre. Ella y yo no somos muy pegadas. Pero aun así la adoro. Mama es una mujer muy guapa. Ella y mi hermana Paula. Son tal para cual. Mi madre también me abraza y luego de siguen mis hermanos  

Mis padres son maravillosos. Muy sobre protectores. Pero maravillosos. Yo sé que a ellos no les parece mucho la idea de irme tan lejos y menos al otro lado del mundo, pero me apoyaron. Sus enseñanzas van grabadas en mi mente y mi corazón.

Tengo que irme la primera semana de enero. Las clases empiezan la segunda semana. Y quiero llegar antes para conocer y no estar perdida cuando ya esté allá.

Mi mejor amiga. También va conmigo a diferencia de mí. Su familia tiene dinero y le pagaron todo; de hecho, en su apartamento es donde vamos a vivir. Mi plan es trabajar y ayudar con los gastos.

Luego de las felicitaciones de mi familia. Y la charla de mi madre. De que no le parece la idea de irme a otro continente a estudiar una carrera que puedo estudiar en la universidad de queda a media hora de mi casa. y de escuchar a mi padre calmarla diciéndole que todo estará bien. Me encierro en mi cuarto a organizar mis ideas y dar las buenas nuevas a Fiorela

Hola Fiorela

Laura. Dime, sin mucho protocolo

Emm bueno yo... entre. ¡Me dieron la beca!

¡Sí! lo sabía ¡Nos vamos a Italia! – comenzó a gritar por el otro lado del teléfono

Bueno. Bueno. Te llamo luego antes de que me dejes sorda .nos vemos mañana

Ok hasta mañana ¡nos vamos a Italia! – seguía gritando por el otro lado del teléfono

Fiorela y yo somos amigas desde los diez años. Nos conocimos en la iglesia y desde entonces no nos separamos, ella es como mi hermana, mi alma gemela. No hay nada que ninguna no sepa de la otra. Fiorela es mitad latina y mitad europea su padre es italiano dueño de una gran cadena de restaurantes muy lujosos.

Ella y yo somos diferentes, pero a la vez tan iguales. Fiorela es muy hermosa alta de ojos azules y el cabello negro. Que llega a su cintura. Su piel blanca como la  porcelana. Flaca de curvas muy pronunciadas. Creo que sus mezclas de genes hicieron un trabajo maravilloso en ella.

En cambio, yo. No les voy mentir siempre me sentí fea, aunque Fiorela y mi familia me dijeran siempre que no. ¡Por Dios! Es mi mejor amiga. Y mi familia obviamente no me va a decir que soy fea.

Soy muy baja demasiado. De piel no tan morena ni tan clara. Mis pequeños ojos son marrones claro. Mi cabello castaño y enroscado cuando no lo aliso. Largo que llega a mi cintura. Tengo un cuerpo normal no soy flaca. De hecho, odio mi barriga. Que, aunque no es grande. Igual no me gusta. Tengo un trasero grande. Fiorela siempre me dice que muchas quisieran tener mi trasero. Claro siempre que esas muchas quieran parecerse a kiley jenner. Tengo unas piernas cortas y unas batatas muy grandes unos senos normales. En general no soy la gran cosa.

Pero eso en realidad no importa. Mucho al menos para mí. Lo único que quiero y que realmente me importa en la vida es logran mis sueños. Y al parecer estos ya están en camino a hacerse realidad.

Después de hablar con Fiorela, cenamos en familia y dimos gracias por mi beca. Mi madre no dejo de llorar y mi padre consolarla. Mis hermanos emocionados. Mientras me mataban a preguntas.

Después de la cena cuando ya todos estaban en sus cuartos .Y luego de darme una ducha. Y ponerme una cómoda pijama. Pantalones de yoga negros y una camisa de tiros del mismo color. Me acosté mirando al techo.

Pensando en cómo sería mi vida a partir de ese día. Con la gran noticia de que iba a una gran universidad a cumplir mis sueños. Y así mientras pensaba me quede dormida.

Las semanas. Pasaron volando y ya era diciembre. Y aprovechaba cada momento con mi familia. Atesorándolos en mi corazón. Salí con mama de compras para la cena de navidad y año nuevo. Y también para comprar algunas cosas que llevaría conmigo a Roma. Y entre visitas y llamadas. Y tener que contarle a mi hermana mayor Anarella que me iría de viaje. Llego la semana de irnos. Fiorela y yo ya habíamos hecho el equipaje así que dábamos los últimos toques. Fiorela suele decir que soy una paranoica con eso del control. Pero no quiero llegar a Roma y notar que me he dejado alguna cosa importante.

– Laura puedes creer que nos vamos a Italia – me dice Fiorela. Dando pequeños saltos de emoción. Sobre mi pequeña cama

– No. todavía no me lo creo. Esto es más que increíble – le digo también emocionada. Mientras termino de doblar la ropa en la última maleta  

– ya me imagino paseando por roma. Y los chicos italianos tan guapos. No puedo esperar para besar a un guapo italiano – volteo los ojos. Ante las ocurrencias de Fiorela. Ella es tan extrovertida.

– Fiorela por favor. No voy a Italia a buscar chicos. Voy porque quiero superarme. No estoy pendiente de besar a un romano – la regaño. Se lo he aclarado desde que sabemos que nos vamos a Italia. Pero al parecer ella no termina de entenderlo.

– Sí, sí. Claro – dice moviendo sus manos al aire y evadiendo todo lo que le digo – pues yo. Me encargare de que beses a más de un romano a la vez –

– ¡Yo! Por Dios Fiorela eso es algo imposible y loco muy loco. Como si ya no fuera suficiente con uno. Quieres que bese a más de uno a la vez. Tu definitivamente perdiste la cabeza –ambas nos miramos a la cara. Y nos partimos de la risa. Fiorela suele tener ideas locas. Pero eso no le quita lo maravillosa persona

Pasamos la tarde riendo y pensando en nuestra maravillosa vida en roma. Fiorela se fue a casa ya que nos veremos en el aeropuerto la mañana siguiente.

No dormí nada esa noche tenía un montón de sentimientos encontrados así que no pegue ni un ojo. Por más que trate no lo logre. ¿Qué tal si todo sale mal? Si el vuelo se atrasa o lo perdemos. Miles de cosas llegaron a mi mente esa noche.

A la mañana siguiente desayunamos por última vez en familia. Y nos fuimos al aeropuerto percatándonos de no dejar nada.

Al llegar al aeropuerto ya estaba Fiorela y su familia. Nuestro vuelo sale en media hora y ya tenemos que abordar el avión. Nos despedimos como diez mil veces. Mejor dicho, me despedí como diez mil veces porque al parecer Fiorela está muy ansiosa por irse. Yo hasta

llore. Como siempre. Y Fiorela arrastrándome al avión porque casi nos deja.

****

Italia es impresiónate y realmente hermosa. Mucho mejor de lo que esperaba.

Llegamos al apartamento es tan hermoso más de lo que yo podía pagar. Si hubiera vivido de la beca.

El apartamento es espacioso. Con dos cuartos y un baño. Una sala hermosa con combinaciones azules. Y una cocina terracota. Lámparas bellas. Y lo mejor de todo podíamos ir caminando a la universidad.

– Fiorela esto esta hermoso. Más de lo que yo podía pagar estando sola; de verdad muchas gracias – le digo mientras inspecciono el lugar con la vista

– Por favor. Laura sin no hubieras venido conmigo. Estaría sola en este gran apartamento. Y, además. Nada es igual sin ti. Así que deja de agradecer y comencemos a desempacar

– De igual forma. Conseguiré trabajo y te ayudare a pagar los gastos. Ojalá lograra conseguir trabajo en algo que tenga que ver con mi carrera. Así todo sería mucho más fácil. y aprendería muchísimo – le digo mientras tomo asiento a su lado

– Bien hablando de eso. papa es cliente de un bufete de abogados muy importantes aquí, su dueño se acaba de jubilar y su hijo tomo el control del bufete. Mi padre los conoce a todos. Y hablo con ellos. Su hijo necesita una secretaria nueva. Y él te recomendó – me dice como si me estuviera diciendo la hora  

– ¡¿Qué?! ¿Es enserio? que haría yo sin ti. No puedo creer que tu papa hiciera eso por mí. Es increíble no sé cómo agradecerle –

La verdad es que Fiorela y su familia son increíbles. Tiene padres muy amables conmigo. Siempre se han comportado muy bien. Su madre es como una madre para mí. Me la llevo un poco mejor con ella. Que con la mía

– Pues yendo a la entrevista y quedando como secretaria sería la mejor forma de agradecer. Además, solo trabajarías conforme a tu horario de la universidad. He oído que hay muchos chicos estudiantes que trabajan en es bufete

– Enserio esto es mucho, ¿cuándo es la entrevista y en donde? – pregunto. Ansiosa  

– Mañana. A la una de la tarde. En el bufete de abogados Di Francesco todo el mundo sabe dónde queda así que ¡vamos a por ese trabajo!

 – Está bien. Esperemos a que me den ese trabajo – le digo para que no se emociones mucho.

El día siguiente. Tenía que ir a la universidad a pasar por el horario y ponerme al corriente ya que las clases empezaban la semana entrante odio ir retrasada o perdida. Soy muy organizada.

Así que fui a la universidad temprano camine un poco por la cuidad y regrese al apartamento. Al llegar me encargué de acomodar un poco y luego me di una ducha.

Me pare frente a mi pequeño closet y saque un pantalón negro no muy pegado talle alto. Para que aguantara mi barriga. El pantalón me llega más arriba del tobillo. Justo como quiero.

Tome también una blusa de chiffon blanca y una camisa de tiros blanca para debajo de la camisa de chiffon.

Y unas bailarinas negras con un pequeño lazo en frente. Me alise el cabello anoche. Así que con el rizador que rice de la mitad del cabello hacia abajo yo no suelo maquillarme, pero esta vez lo ameritaba un poco.

Me coloque una fina capa de base para tapar los granitos. Y un poco de polvo. Un poco de rubor también y brillo en mis labios. Me mire al espejo. Por última vez antes de salir. Tome mi bolso negro y Salí a conseguir ese trabajo

Al llegar al bufete de abogados Di Francesco. Mis nervios se van aumentando. Entro por la gran puerta de vidrio y llego a la recepción. Una recepcionista. Súper guapa y rubia totalmente perfecta. Tal alta que me hacía parecer un hobbit a su lado. Me recibe

– Hola buenas tardes – le digo en italiano. No sé si hable inglés. Y la verdad es que tengo mucha suerte que, aunque sea mi italiano sale bien. Ante lo nerviosa que estoy

 – Buenas tardes en que le puedo ayudar- me pregunta ella con una sonrisa. Que me imagino que ensayo. Están perfecta y sus dientes tan blancos.

– Soy la señorita Laura Villarroel… y tengo una entrevista de trabajo con el señor Di Francesco – le dedico también una sonrisa no tan perfecta como la de ella. Pero al menos le sonreí

– A claro. Pero su entrevista no la hará el sino. Recursos humanos pase al tercer piso y allí le atenderán

 –– Ah. Ok muchas gracias –  me señala en ascensor y me da un pase de visitantes.

Tomo el pase lo cuelgo en mi cuello. Entro al ascensor y presiono el piso tres. Mientras mis pies juegan a ver qué tobillo se tuerce primero

<<si voy a trabajar con el señor Di Francesco porque no me entrevista directamente él>> pienso mientras voy en el ascensor.

Puede que esté muy ocupado. Llevando el control de este lugar o que simplemente no pierde su tiempo atendiendo a simples aspirantes a ser sus secretarias. Las hipótesis desaparecen de mi cabeza al abrirse la puerta del ascensor dejando ante mi nuevamente otra recepcionista

Me presente nuevamente a una chica hermosa y muy alta << debí ponerme tacones >> repito el mantra mi cabeza. Me siento más pequeña de lo normal, pero eso ya no importa. Ya estoy aquí. Y tengo que lograr que ese trabajo sea mío.

– Hola buenas tardes – le digo a la chica. Con sonrisa perfecta también. Que aquí no hay nadie molesto. O fastidiado de atender personas todo el día

– Hola. En que le puedo ayudar

–Soy la señorita Laura Villarroel. Vengo a la entrevista de trabajo para secretaria del señor Di Francesco – otra vez la misma oración. Misma sonrisa. Pero con más nervios y un poco de impaciencia

– A claro espere un momento la anunciare – toma su teléfono. Presiona un botón. Y me anuncia

– Gracias – digo. Tomo asiento y espero

<<Al menos ya me van a atender>>pienso. Mientras detallo muy cuidadosamente lugar. Tiene un toque moderno. Pero sin dejar de lado la esencia antigua y rustica del edificio  

 – señorita Villarroel ya puede pasar le están esperando – me anuncia la chica señalando la puerta de madera ante mi  

 – Gracias – le sonrió.  Mientras camino a la puerta de madera. Con una placa que dice recursos humanos. Mis manos sudan como glaciales del polo norte en el Sahara.

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