Alexander Cooper
— ¿Qué tanto piensas? —me pregunta Michael mientras hojea el interior de su carpeta.
—En nada. ¿Por qué? —desvío la mirada a la pantalla de mi computadora.
—No sé, te noto más distraído. ¿Quieres que sea yo el que haga esto para que te vayas con tu familia a la hacienda? —niego. Ya mucho me he recargado en él, no quiero hacerlo más.