Un mes había pasado.
La peor de las torturas.
¿Era posible estar en plena abstinencia un mes?
La respuesta era un rotundo NO.
Es que a ver, a Diana las hormonas la tenían caminando por las paredes, y cuando tenía ganas de hacer el amor no había quien la detuviera, a principio los hermanos D'angelo la complacían con sexo oral o masturbándola pero eso estuvo relativamente bien la primera semana, ya la segunda sentía que mientras más placer le daban más quería, y lo que quería era tenerlos como le gustaba.
Invadiendo su interior por completo.
Pero ese día, ¡Rayos! el humor de Diana fue detestable, y las emociones ni hablar, por todo lloraba, o se molestaba.
Y eso estaba desesperando a los hermanos, hasta esa noche, después de que la enfermera entrara a chequear a Diana Ethan le ordenó que no molestara.
No podía seguir viendo a su reina en esa situación, y menos si el tenía la solución, tendría que tomar cartas en el asunto.
Se quitó la chaqueta y la lanzo en alguna parte de la habit