5. Sanando de a poco

Narra Alexandra:

Han pasado algunos días desde que llegué aquí y me siento tan bien. Me siento tranquila, relajada, comenzando de nuevo y dejando atrás todo el pasado doloroso que tengo. No es fácil decir que lo he dejado atrás, sin embargo, estoy comenzando a pensar en mí y no en lo que dirán como siempre ha sido mi vida.

No puedo negar que la curiosidad por saber quién es la mujer que me ha quitado al amor de mi vida puede conmigo. He estado tentada en enviarle un correo a Lara para saber de Caleb, de mis padres, de todo lo que dejé allá, luego recuerdo que nadie me debe extrañar y se me pasa. Eso no quita el dolor que siento al darme cuenta que no soy importante para nadie, ni siquiera para las personas que me dieron la vida, eso no debería ser así.

Me siento más relajada en el trabajo, aquí en Chile es muy común que las clientas conversan mucho con uno mientras trabajan, como dicen aquí “viene a puro copuchar” la primera no entendí nada de lo que decían, las palabras que usan aquí son poco comunes, por suerte tengo una compañera de mi edad que me está ayudando a acostumbrarme con la forma de hablar de Chile.

Ya estoy comenzando a ser más independiente en la peluquería, con el paso de los días he logrado tener dos clientas que les encantó mi trabajo, me hizo sentir tan feliz sus palabras de agradecimiento. Me emocioné mucho.

Los días continúan pasando y me sorprende que a pesar de cambiar mi celular mi correo sigue siendo el mismo, no tengo ninguno de nadie de las personas que yo creía que les importaba, que equivocada estaba. Creo que vivía en un mundo paralelo donde las personas que me rodeaban me querían. Decido no pensar más en ese tipo de cosas, la vida se encargará de hacerles pagar todo el mal que han hecho en la vida, el karma espero que exista y les llegue en algún momento. No lo hago por maldad, no me gastaría mentalmente en hacerles algo para vengarme, solo espero que algún día se den cuenta del error que cometieron conmigo, con dañarme de eta forma, tanto mis padres, como mi esposo, no he sido una mala hija, tampoco una mala mujer, solo que no fui valorada por ninguna de esas personas.

Continúo centrada en el trabajo, después de aquí voy directo a descansar, como dice mi querida Carmen “no tienes vida social” está casi convencida de conocer a la persona ideal para ser mi amiga, le dije que aceptaría sugerencias, por lo que hoy me esperará en casa con la chica que dice seremos mejores amigas por siempre. Amo su forma de ser, su amor maternal incondicional con los inquilinos que tiene, hacen que vivir ahí sea como estar en una familia numerosa, me siento mejor en la que creía mi propia casa. Me alegra la vida, el despertar saber que encontré personas tan lindas y amorosas en mi vida, hacen que sienta que fue lo correcto venir a este país, como si el destino supiera que necesitaba esto en mi vida.

Llega la hora de salida, mi compañera más joven que tiene apenas 18 años y está trabajando en las tardes porque también estudia en la universidad me comenta irnos juntas caminando ya que vamos por el mismo camino, acepto encantada y caminamos conversando, mejor dicho, conociéndonos.

—Me alegra tener alguien con quien caminar, al menos por un poco de cuadras, no que digamos que bruto que seguro es Santiago.

—A mí también me emociona mucho tener compañía para el camino a casa. No me gusta andar sola, menos cuando conozco solo el camino a casa y nada más —reconozco con un poco de vergüenza

—Sería buena idea juntarnos in día para ayudarte a conocer la cuidad, los fines de semana tengo tiempo, aunque tengo que hablarlo con mi hermano que a veces es demasiado sobreprotector conmigo —me cuenta y la verdad es que no sabia que tenia hermanos, solo que sus padres no están con ella —. Seguramente me encontrará en el camino a casa como todos los días, sale corriendo de tu trabajo para alcanzarme, creo que el pobre no tiene vida por cuidarme, a veces me hace sentir mal.

—No tienes que sentirte así, estoy convencide de que tu hermano te ama y por eso te cuida de esta manera. Lo hace por amor y deberías sentirte afortunada, ya quisiera que alguien se preocupara por mi como tu hermano lo hace por ti.

—Si quieres te lo regalo, ya quisiera tener un poco de libertad, al menos poder salir a conocer gente, entre los estudios y mi hermano no tengo amigos…

—Pues ya has ganado una, podemos quedar el sábado para que me enseñes la ciudad. No creo que tu hermano te niegue eso, además, le dices que prometo cuidarte como si fueras mi hermana pequeña.

—Será fantástico el sábado, gracias.

—No agradezcas, ya verás que nos vamos a divertir, puede que vayamos al cine o comprar ropa, la verdad es que no he comprado nada y tengo que ir ampliando mi closet. ¿Te parece?

—Me encanta, le diré a mi hermano que necesitamos un día de chicas. Lo mas seguro es que quiera conocerte, ¿no tendrás problema con eso? —pregunta incomoda

—Por supuesto que no, dile que puede llamarme si no coincidimos por la hora, no tengo problema alguno.

Llego a mi destino, ella debe seguir andando y miro alrededor, no esta oscuro, pero me siento mal por dejarla irse solita, ya hasta me siento su hermana de verdad por lo tierna que es.

—Puedo ir contigo unas cuadras más y después volver, no puedo perderme por retroceder, no quiero dejarte sola.

—Ya hasta suenas como mi hermano… —no alcanza a decir mas por una llamada en su celular —. Hola hermano, si estoy a unas cuadras caminando con una compañera de trabajo y ahora amiga, se esta ofreciendo a avanzar mas conmigo siendo que ya llegamos a su destino —escucha algo que le dicen y sonríe poniendo los ojos en blanco —. Ok, aquí te espero, nos vemos.

Termina la llamada y me mira, no tiene que decir más, ya que es lógico que es su hermano quien la llamó, por el solo “aquí te espero” lo deduje.

—¿Viene tu hermano por ti? —asiente y sonrío

—Esta a dos minutos, puedes entrar tranquila que ya viene llegando.

—No pienso dejarte sola, al menos hasta que estés junto a él.

—¡Mi niña! —dice Carmen saliendo de su hogar y ahora el mío —. Ya me estaba preocupando por la tardanza tuya, como no conoces aquí por eso salí a mirar si venias ya. Hola cariño —saluda a Emma, mi nueva amiga.

—Estaba esperando que viniera el hermano por Emma, no quiero dejarla sola aquí afuera.

—Hola tía Carmen, un gusto verla.

Giro mi rostro demasiado rápido al oírla decirle tía, ¿Por qué no estaba enterada que son familia?  

—No es lo que piensas, es mi sobrina de corazón, le ayudé a Mateo a cuidarla mientras él terminaba de estudiar y trabajar. Ahora ya es profesional en su trabajo y me enorgullece eso. Me hacen sentir orgullosos los dos, mira ahí viene Mateo.

Saluda con la mano a un auto que hace cambio de luces, me despido de Emma, al igual que Carmen lo hace. La veo subirse al auto y el chofer, quien no alcanzo a ver toca la bocina del auto, vemos como se van y entramos a casa, lugar que ya siento como mi hogar.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo