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Por: The Ghost Of Our Souls
Capitulo 1

En una noche fría de invierno, estaba yo, arrodillado en la nieve, viendo a las personas a mi alrededor, viendo como me veían, y sólo podía pensar en qué había hecho, y en lo bien que se había sentido. A mi alrededor habían probablemente 3 o 5 personas pero, no estaba prestando mucha atención, sólo estaba ccontemplando lo que acababa de hacer, debajo de mí, había un charco de sangre. La sangre salía del cuello de un chico al cual acababa de degollar, yo solo estaba admirando como la sangre corría por su cuello, y veía como poco a poco el brillo de sus ojos comenzaba a apagarse, luego sostuve con fuerza mi cuchillo y velozmente se lo lancé a una de las señoras que estaban ahí, acertando y haciendo que ésta cayera muerta. Una menos, faltaban dos, otra de las mujeres que estaba presente tenía a su niño agarrado de la mano, y al ver el peligro inminente que se acercaba, comenzó a correr. Tuve que levantarme rápidamente, sacar el cuchillo del cráneo de la señora que yacía muerta en el suelo, corrí detrás de la mujer y su hijo, no podía dejar ningún testigo.

Estaba tardando mucho, era rápida para la edad que aparentaba, pero eso no me detuvo, cuando logré acercarme lo suficiente, le clave el cuchillo en su espalda lo suficientemente fuerte, como para que cayera en la nieve, y como tenía el niño agarrado de la mano, el cayó también. Luego agarré a la mujrr por el pelo, mientras veía como el niño luchaba por levantarse y salir corriendo otra vez, corte su cuello rápidamente, y sujete al niño por un brazo antes de que tuviera la oportunidad de escapar.

-Shh, todo estará bien, solo tienes que cerrar los ojos, y todo esto por fin acabará.- Él hizo caso a lo que le dije, y yo levanté mi cuchillo lentamente, al llegar a su rostro, empecé tallarle una bonita sonrisa, que nunca se le borraría de la cara.

Le dije que si no le decía nada a nadie, no lo mataría. Pero si yo llegaba a enterarme de que el chico había dicho algo, lo buscaría por toda la eternidad si era necesario, y lo asesinaría, de la peor manera que podría imaginarse. El niño asintió con muchas lágrimas en los ojos, y yo saqué un botiquín de primeros auxilios del bolso que llevaba puesto, lo ayude a limpiarse la cara, le había hecho una cicatriz en cada mejilla, empezando desde la comisura de los labios, hasta casi llegar a la oreja, asegurándome de desgarrar bien los músculos, me detuve un momento para admirar mejor el trabajo que había hecho, pero ahora lo estaba ayudando a limpiarse las heridas, así que no debía perder mucho tiempo, le eché un cicatrizante para que no se infectara, luego le sonreí y le pedí que llamara al 911 desde el teléfono de su madre, le dicte la ubicación en donde nos encontrábamos, y me fui rápido de allí, me alejé sin ver atrás. Luego de un par de horas de caminata, vi a una feliz pareja tomándose fotos.

Primero les pregunté cómo se llamaban, amablemente me dijeron que sus nombres eran Alicia y Alfredo, luego les pregunté si podían decirme en dónde podía encontrar un buen restaurante donde comer, ellos me dijeron de un restaurante que a ellos les gustaba mucho y me dieron la dirección, yo les pregunté si podían acompañarme, ya que yo no era muy bueno con las direcciones, y ellos accedieron. En el camino ellos me preguntaron cosas sobre, por ejemplo, que hacía para ganarme la vida, y yo les conté, estaba graduado en medicina como Neurocirujano, y hace poco había terminado el postgrado en Paleontología.

Ya era tarde en la noche, lo cual me facilitó mucho el poder empujarlos hacia un callejón por el que estábamos pasando, sin que nadie se diera cuenta, rápidamente decidí noquearlos a ambos, para luego amarrarlos con una cuerda que traía en la mochila. Después de un rato despertaron, yo les tape la boca para que no gritaran, eso no los detuvo, e intentaron gritar de todas maneras, pero apenas era audible, asi que comencé con mi trabajo.

Empecé con la chica, Alicia, primero le hice un corte un profundo en el brazo, luego poco a poco me tomé el tiempo de cortarle un pie completo, saqué un cuchillo más grande, ya que el que tenía no ayudaba a apresurar las cosas, y tampoco tenía toda la noche para desperdiciar, no pude evitar preguntarme ¿Cómo será ver un corazón latiendo? Así que decidí que no era bueno quedarme con la duda. Le puse a Alicia un sedante fuerte para que se durmiera, saque mi bisturí, y abrí cuidadosamente su tórax, no quería que muriera antes de poder verlo. Después de abrirla, tuve que forzar un poco otros órganos para que pudiera ver bien el corazón latiendo, pero ahí estaba, un corazón vivo, Alfredo gritaba horrorizado al ver eso, supongo que ver a tu pareja ser cercenada viva no debe ser fácil. Le dediqué una sonrisa a Alfredo, para luego sacarle el corazón rapidamente a Alicia, y se lo entregué a Alfredo quien lloraba desconsoladamente.

-No tienes por qué estar triste, ahora su corazón realmente te pertenece, deberías agradecérmelo. Pero tranquilo no tiene por qué ser de inmediato.- Luego de eso, le quité la chaqueta a Alfredo, y también su camisa, lo deje semidesnudo, nunca antes había visto una hipotermia en persona, así que lo deje así por unas horas. Observé como el chico empezaba a ponerse azul, no fue hasta que vi que sus dedos de las manos y de los pies estaban completamente negros que lo solte. Después de eso solo lo degollé, ya casi era de mañana, había tardado mucho tiempo, aún cuando me dije a mi mismo que no debía demorarme. En fin, tiré los cuerpos a la basura y limpie todo el desorden que había hecho, luego me cambie de ropa, siempre traigo un repuesto en mi mochila, y finalmente terminé yendo al restaurante que me habían recomendado.

Era en realidad una cafetería cualquiera, pero así era mejor, porque un restaurante no hubiese estado abierto tan temprano. Pedí un café y unos waffles, me senté en una mesa vacía, y esperé pacientemente a que trajeran mi comida. Cuando se me acercó un chico, se veía muy joven, tenía el pelo pintado de color plateado, piel blanca, ojos azules, estatura pequeña, con una nariz perfilada, y labios delgados. Me dijo que se llamaba Alan, y me pregunto si podía sentarse conmigo, me pareció algo raro, pero honestamente me daba igual.

-Cuentame ¿Tu tienes nombre?- Preguntó Alan.

-Claro que tengo un nombre, sólo que no me interesa decirte cuál es.- Le dije sin apartar la vista de mi comida.

-Disculpe por preguntar señor amargado.  

-No soy amargado, pero eres un extraño, bien podrías ser un asesino.- A veces puedo llegar a ser muy hipócrita.

-No lo soy, Así que no tienes que preocuparte por eso...- Dijo, pero aún seguía ignorandolo. -Muy bien, voy a ser sincero contigo, te vi de lejos y me parece que eres atractivo, mis amigos me obligaron a venir, porque hace ya mucho tiempo que no tengo novio, desde que mi ex me rompió el corazón. Me dijeron que no podía regresar hasta que aceptaras tener una cita conmigo. Por favor, ayudame un poco.- Explicó Alán.

Casi me atraganto al escuchar todo eso.

-Cuando dices que vas a ser directo, si que lo dices en serio… Pero que pasa si yo no soy gay.- Le dije obviamente mintiendo, ya que si soy gay.

-Pues en ese caso me iré, disculpe la molestia.- Dijo mientras comenzaba a alejarse.

Debo admitir que sí es muy tierno. -Dick.- dije de manera rápida ya que cada vez se alejaba más.

-¿Como dijo?- Preguntó Alán acercándose nuevamente. 

-Puedes llamarme Dick.- No es mi verdadero nombre, pero si es un apodo que suelo usar.

-Pero usted dijo...  

-Yo dije “que hubiese pasado SI yo no era gay”, pero es tu día de suerte, lo soy.- Le dije, realmente me interesaba este chico nuevo, me parecía muy interesante que quisiera tener algo conmigo. Realmente no tenía ni idea de en lo que se estaba metiendo.

-Genial, y cuentame ¿Cuantos años tienes?  

-Tengo 25, me gradué rápido de la Universidad, y de la secundaria, como no fue suficiente desafío para mí, decide hacer diferentes postgrados. ¿Y tu?- Le dije contándole la verdad, no me molesta en absoluto presumir mi inteligencia.

-Tengo 24, y trabajo como contratista. ¿Quisieras venir a mi casa después de salir de aquí?

-¿Tus amigos vendran con nosotros?- Le pregunté esperando que su respuesta fuese no. 

-No tranquilo, sólo seremos tú y yo, tenemos que conocernos mejor.

Al decirme eso, sonrió y le brillaron los ojos, fue muy tierno. -Que bien, yo opino lo mismo.- En este punto ya no se si lo veo como a una víctima potencial o como algo más, lo que si es seguro, es que estaremos solos en su casa, y podré hacer con él, lo que yo quiera…

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