Avanzada la noche Mesick que ya había ingeridos algunas copas de licor no se aguantó y fue a buscar a Anabel que estaba en la pista bailando con Marcus y aprovechando el cambio de música claro esta los celos que le producían ver a Anabel con aquel hombre, él no iba a arriesgarse a perderla así que decidido fue hacia la pista.
—Me permites este baile Anabel
Marcus lo miro azorado y de malhumor manifestó.
—Anabel no es tu guardaespaldas, que clase de atribución es esta.
Anabel a quien las palabras de Marcus le sonó a timbal vacío e ignorándolo acordó.
—Si Mesick.
—Nunca más quiero verte junto a otro hombre-le advirtió Mesick