Ashraf llego a la suite del hotel tras ver a Hana darse un beso con Vincent y su sangre hervía de rabia

¡Quien era esa mujer de sentimientos tan volátiles!

Se dirigió al bar y vertió licor en una copa

Tomo una, luego otra y luego tomo una botella sentándose en el sofá y seguir sirviéndose.

Al cabo de un tiempo el licor empezó a hacer mella en su consciente, se sintió mareado, cerró los ojos recostando su cabeza en el sofá esperando calmar las punzadas que martillaban su cabeza.

Pero ni aun así aquella escena se borró de su mente.

Se maldijo a si mismo por sentirse tan afectado

¿Cuándo perdió el completo dominio de sus emociones?

Ella y sus ojos verdes que eran su obsesión, lo habían embrujado, y ahora estaba condenado a vagar mil años por un desierto.

Un alma errante que