SECUESTRADA
Hana despertó poco a poco de su aturdimiento y su visión borrosa distinguió la silueta de un hombre delante de ella, y una sonrisa cínica fue lo que detallo.
Quiso ponerse de pie pero no pudo, y espero unos segundos cuando su vista poco a poco fue mejorando y pudo distinguir quien era el hombre delante de ella
Era Alexandre, su jefe, y su mirada cargada de lascivia la recorrió.
Hana miro con angustia la puerta y vio que esta estaba cerrada, seguramente el le había pasado seguro, ahora si el temor la invadió, al pensar las oscuras intenciones que el tenia para ella.
El se acerco y ella retrocedió y eso solo hizo que el sonriera con burla
—No te niegues a lo que es inevitable, hoy mi dulce Hana vas a ser mía, quieras o no.
Deseo tanto que fuera una pesadilla