CAPITULO 5 MI PADRE

Como lo supuso, la mansión donde vivía Daniels y su familia era asombrosamente grande, hermosa, imponente, ubicada en una de las zonas más elegantes de Nueva York y su ansiedad volvió, él se dio cuenta y al salir del auto le tomo por un ligero momento la mano que apretó suavemente provocándole chispazos en su interior al decirle nuevamente

—Cálmate, todo saldrá bien.

Al penetrar en el mansión fueron recibidos por la mucama quien saludo con efusividad a Daniels y a la recién llegada.

—Qué bueno que ya llegaron, el Sr Travis no hacía más que preguntar si ya había llegado

—Entonces puedo irlo a ver ya- inquiero ansiosa de ver a su progenitor

—Recién se quedó dormido, es que le acaban de inyectar una ampolla de morfina, no despertara hasta la noche.- informo lamentando desilusionar a la joven

— María, muéstrale a Melisa su habitación- indico Daniels

—Claro, ven preciosa puedes darte un baño y descansar del viaje, e imagino tendrás hambre- le pregunto con cariño  agarrándola del brazo para guiarla

—No gracias, comí algo esta mañana- respondió, sintiendo que con las emociones que estaba experimentando definitivamente no podría comer.

-— Mentira María, - la puso en evidencia Daniels - no desayuno y en el vuelo apenas se comió la mitad de una manzana, así que prepárale algo

— Así será, te preparare algo muy rico, ahora ven conmigo. Daniels tu madre te espera en el Despacho

—Gracias María- respondió y se dirigió al Despacho y Melisa subió las escaleras con la amable ama de llaves

Melisa se dio un baño como se lo indico María y se vistió con un sencillo vestido de pana que se ajustaba a su figura, se hizo un moño, y solo uso compacto y un brillo de labios, luego se comió el emparedado de jamón y queso que otra empleada le había subido con un jugo de mora y tuvo que reconocer que le hacía falta ese alimento que su estómago le agradeció.

Luego se dirigió al ventanal y vio abajo a Daniels que conversaba cerca de la exuberante piscina con un joven de cabellos rubios, muy guapo y supo, por la foto que había visto en internet que era Vincent el hermano menor de Daniels.

Este pareció percatase que era observado y su mirada se dirigió a ella topándose con la de la chica, la cual saludo con un gesto de mano, que ella correspondió también la mirada de Daniels se posó en ella, pero este estaba muy serio. Ella Abandono de inmediato el balcón

Al entrar a habitación su corazón latía apresurado, y se tuvo que reprender a ella misma

—"Melli, tienes que controlarte, tu viniste aquí con un propósito conocer a tu padre y hermana y no a enamorarte, eso es algo que está prohibido"

Abajo Vincent le dijo a su hermano

—Caramba Daniels no me habías dicho que nuestra hermanastra era tan guapa

— Cálmate Vincent y sea lo que sea estés pensando, olvídalo, si- le corto muy serio.

Ese era Daniels su hermano mayor muy serio y algo amargado mientras que él era todo lo contrario.

Vincent sonrió mientras ciertamente algunos pensamientos pasaban por su mente.

El y Daniels eran hermanos de sangre, sin embargo eran muy diferentes en su carácter y personalidad.

Vincent a sus 24 años aún no había madurado, y seguía viviendo un estilo de vida despreocupado, saliendo mucho a fiestas y bares y haciendo vida de Don juan, mientras que Daniels era la responsabilidad personificada, y siempre había sido así.

Daniels  había decidido surgir en la vida, ser alguien, y lo había logrado a base de esfuerzo, inteligencia y un tino enorme para los negocios,

Era en la actualidad un empresario promisorio, y según las revista de People, uno de los solteros millonarios más cotizados

Sin embargo este título otorgado a él le valía nada.

No se consideraba un Don Juan, pero si sabía que causaba buena impresión en las mujeres, pero para nada quería de nuevo una relación estable con alguna mujer.

Desde la muerte inesperada de su amada Diana, su corazón se había cerrado a toda posibilidad de volver a amar.

—Necesito que asumas tu rol, en esta familia y en la empresa- le reitero Daniels a su hermano, saliendo de sus divagaciones que no lo iban a llevar a ningún lugar bueno, al menos a uno que él quiera estar

—Como sabes yo volveré a Brasil, y quiero que tú te quedes a cargo del Consorcio.- puntualizo 

—Pero sabes perfectamente que lo mío no es los negocios, si estudie administración fue para complacerte a ti y a mama, pero los números y yo no nos llevamos.

—Pues deberás aprender también a llevarte con ellos, el lunes empiezas a ir a la empresa y no refutes que no voy a claudicar.

—Está bien.- acepto sabiendo que no podría hacer que su hermano cambiara de decisión y entendiendo que él tenía razón.

A las seis y treinta María subió a su habitación indicándole que la cena seria servida a las 7:00

— Y mi papa, cuando lo veré- pregunto aprehensiva

—Ay mi niña, aún está dormido, y es mejor dejarlo dormir, porque cuando esta despierto el dolor es muy fuerte, aunque él es muy bueno disimulando a su familia, pero sufre mucho

—La enfermedad que tiene, es cáncer, verdad?- pregunto con un hilo en el alma

—Si- asintió recogiendo la bandeja que había dejado

—Y hace cuanto lo supo?- indago

—Hace 3 meses, es un tipo de cáncer muy agresivo,

—No hay nada que hacer?- insistió

—No, las quimioterapias solo alargaran un tiempo, y el se ha negado a hacérselas, dice que prefiere poco tiempo pero de calidad.

—Es muy valiente- reconoció orgullosa del hombre que la había procreado, que si, la había abandonado, pero que ahora quería reivindicarse, y que por referencias, estaba conociendo que era un hombre bueno y generoso, que su familia amaba.

—Si lo es, como te dije es muy raro verlo quejarse, y a veces es el quien le da fuerzas y ánimos a Doña Luciana y a Sofía

—Y Sofía como esta?- pregunto preocupada por su hermana

—Destruida, llora día y noche, no quiere apartarse de su lado,

—Bueno niña, voy a dar órdenes para que sirvan la cena, te esperamos abajo

—Preferiría comer aquí- le indico sintiéndose cohibida.

—Nada de eso, Daniels me dijo  que tú bajaras a comer con la familia.

Cuando Melisa  bajo ya la mayor parte de la familia estaba reunida alrededor de la mesa

Daniels en la cabecera, Vincent a la derecha y del otro lado estaba su hermana Sofía

Su corazón salto de gusto al verla tan hermosa, pero con la mirada mas triste que alguien pudiera tener, y deseo tanto abrazarla y darle apoyo moral de hermana

—Melisa, que encanto recibirte aquí, y que compartas la mesa con nosotros- Indico todo meloso Vincent poniéndose de pie, y como todo caballero diligencio una silla para que ella se sentara.

—Gracias- inquirió con timidez

Toda la situación la tenía apabullada, Por un lado estaba su hermana que apenas le echo una mirada indiferente y Daniels con expresión indescifrable.

Y de nuevo se vio totalmente abobada mirándolo y es que estaba tan guapo, vestido muy formal, con una camisa blanca y pantalón del mismo tono que sacaba a relucir todo su atractivo animal.

Nuevamente tuvo que reprenderse a ella misma diciéndose

—"Piensa rápido en otra cosa, cuenta las ovejas hasta cien, hasta que se te pase en calorón"

No era posible que el causara esta reacción en ella, no podía permitirlo.

La sirvienta comenzó a servir y entonces se atrevió a preguntar

—Y su madre, Doña Lucia no cenara con nosotros

—No- negó Daniels sin más explicaciones y ella imagino que la causa era ella.

No deseaba compartir la mesa con la hija ilegítima de su esposo.

—Ella comerá en su habitacion, no se siente muy bien- quiso arreglarlo Vincent

—O más bien, alguien la hizo sentir mal- apunto mordaz Sofía

Melisa se puso de pie y apesadumbrada alego:

—En ese caso, quizás deba ser yo, la que coma en su habitacion

—Siéntese Srta. Hartley, usted comerá aquí y punto- le ordeno cortanteDaniels

El tono autoritario, la mirada como de hielo y esa seguridad que irradiaba, la hicieron no chistar, sino que de inmediato se sentó y comenzó a comer a pesar que su estómago estaba totalmente inapetente.

Noto que Sofía también apenas probo bocado y al cabo de unos minutos se levantó y dijo:

—Iré con mi padre

—Sofía tú tienes que comer- la amonesto Daniels en tono preocupado

Sofía lo miro y soltó con enojo

—Daniels para que volviste, desde que llegaste solo das ordenes, tu y mi mama me tienen harta

—Sofía- la llamo pero ella salió lo más rápido que pudo del comedor

—Déjala hermano, - inquirió Vincent - no es fácil para ella, es su padre, - apunto, pero tan pronto lo dijo se percató de algo y en tono de disculpa le dijo a Melisa- perdón y tuyo también.

—Sigamos comiendo- indico Daniels en tono austero

El resto de la comida lo hicieron en silencio, aunque Vincent le hizo uno que otro comentario y ella se relajó un poco, sin dejar de preocuparse por su hermana, le dolía verla sufrir tanto.

Luego de la cena Melisa y Vincent se dirigieron al salón y allí entablaron una conversación amena y amistosa.

Pero al cabo de media hora María apareció para informarle

—Srta. Hartley, el Sr. Daniels la ha enviado a buscar, dice que ya su padre despertó y quiere verla.

Su corazón se detuvo en seco literalmente, una emoción profunda la invadió y con las piernas temblando fue tras María que la llevaba a la habitación de su padre.

En una cama acostada, pero con un rostro que trataba de embozar una sonrisa, estaba su Padre.

Frank Travis era un hombre atractivo, aun para su edad y enfermedad, aun proyectaba poder, respeto, aplomo.

—Hola mi niña, eres tan hermosa, tal y como siempre lo imagine.

—Yo....- no sabía que decir cuando llego hasta donde estaba el, y tomo asiento en un banquito junto a la cama

—Lagrimas no, no las merezco- indico el cuándo noto que una lagrima corría por la mejilla de su hija, ella no podía evitar sentir un dolor profundo en su corazón, era su padre, y por tantos años deseo tanto encontrarlo y ahora estaba frente a él, pero en esas condiciones, la llenaba de dolor.

—¿Porque no?. Pregunto tomándole de la mano y mirándolo con empatía.

—Porque yo fui un cobarde y te abandone a ti y a tu madre, y no solo cuando me veo al borde de la muerte es que me he animado a buscarte

—Eso no importa, lo único que importa es que lo hizo, y que por fin pude conocer a mi padre.

—Hay tanto que hablar- dijo con voz enronquecida y es que a él también le costaba hablar por la emoción

—Hablemos entonces- acepto esbozando una sonrisa cálida

Como si supiera que debía dejarlos solos Daniels salió de la habitación y padre e hija entonces tuvieron una larga conversación, donde lo único que quedo claro que no habían rencores de por medio.

 Con los días la relación entre padre e hija se afianzo, pero no así la relación con Doña Lucia quien desde el principio le demostró cuanto detestaba su presencia allí.

También tuvo la oportunidad de tratar más a Vincent, quien era todo lo opuesto tanto físicamente como de personalidad a Daniels. Era un joven con una personalidad muy alegre, sencilla y que la acepto con genuino aprecio.

Por su parte no había podido hasta el momento conversar mucho con su hermana Sofía, como dijo Daniels, ella estaba muy deprimida, se encerraba en su cuarto por horas, y pasaba el resto del tiempo velando el sueño de su papa.

Ella sabía lo duro que era para una joven de 16 años enfrentar la muerte de un ser querido, así que era mejor darle tiempo.

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