DAVINA
Se me hiela la sangre en el momento que Argo termina de hablar.
—No quiero —digo mientras agacho la cabeza y él me acaricia el pelo.
—No queda otra, ¿cierto? —pregunta mirando a los chicos.
—Argo tiene razón, Dav. O peleamos o te llevan de vuelta con ellos. —dice Scott y vuelvo a escuchar como Nick gruñe.
—No quiero una guerra. No quiero una lucha por mi culpa, no quiero. Va a morir gente, quizás hasta destruyan la manada. Yo-yo n-no quiero. —Lo último lo digo en un sollozo y me levanto yendo hacia Nick.
—No te preocupes por eso, bonita. Ya vamos a ver cómo lo solucionamos. Lo que está claro es