CAPITULO 11: ¿DONDE DUERME TU ESPOSO?
El aeropuerto estaba abarrotado de gente y Thalía busco a Vivían entre la multitud, gente iba y venía en la entrada del aeropuerto. De repente, vio a un hombre que resultaba muy familiar para ella.
―¿Paolo? ―murmuró.
Su corazón se aceleró sin control. Al ver que la persona estaba a punto de desaparecer, corrió entre las personas, logro alcanzarla y la tomo bruscamente del brazo, estaba a punto de abrir la boca, cuando descubrió que no era él.
—¡Lo siento! Perdón, lo confundí con alguien más — ella se disculpó y se alejó decepcionada.
Thalía respiro hondo para calmarse, sonrió con autodesprecio y siguió buscando a Vivían.
—¡Hola, Thalía! — su amiga, le dio unas palmadita detrás de ella.
Ella se dio la vuelta inmediatamente. Al ver los ojos rojos de su amiga, Vivían se acercó y pregunto preocupada.
—¿Qué pasa, no te alegra verme?
—¡Vivían! — Thalía abrazo a su amiga y se echó a llorar.
Ella le dio unas palmadita en la espalda.
— No tienes que ponerte