Capítulo 90: Caridad
A la mañana siguiente Alexa había madrugado para organizar todos los papeles de la empresa.
Eran demasiados pendientes y ella era una novata en este tema.
- Ah… dios… sé que este es mi castigo por ser tan arrogante en mis estudios – lloriqueo un poco mientras se estiraba un poco antes de regresar su atención a los documentos e igual haciendo algunos apuntes en una libreta aparte.
Francisco se sorprendió al salir de su habitación y ver a su nieta “haciendo tarea”.
Por un momento parpadeo pensando que aún estaba durmiendo, pero al notar que no solo sonrió.
- Estoy contemplando un milagro – declaró divertido.
- Ja… ja… - se rió ella de forma sarcástica.
- Ale tu sabes muy bien porque dije eso.
- Lo sé, pero duele tu comentario abuelito.
- Es que ni para tus propios estudios de doctorado te vi tan concentrada como ahora – comentó caminando a la cocina para preparar el desayuno para ambos.
- Hehe es que debo tener los conocimientos básicos para tener una buena fachada