Habíamos hecho el amor como nunca, fue verdaderamente excitante el seducir a mi marido en su lugar de trabajo. El escritorio había quedado vuelto un desorden, se habían caído algunas carpetas al piso y todo estaba fuera de lugar.
— Mi amor mira como hemos puesto todo el consultorio, esto parece un verdadero tiradero. Solo espero que no entre nadie y encuentre este desorden.
— Pero no me vas a decir que no valió la pena hacerlo. ¿Acaso no te gustó que viniera a seducirte y que terminaras rendido ante mis encantos sin poder resistirte a hacerme el amor?
Luis José me abrazó y me besó en la boca nuevamente, luego me miró y me dijo:
— Muy bien señora Simanca, ahora quiero que me explique cómo es eso de que vino a raptarme.
— Pues solo quiero que vengas conmigo sin hacer ningún tipo de preguntas, quiero que confíes en mí y que te dejes llevar por esta nueva aventura que está por ocurrir dentro de unos minutos.
— Mi cielo, pero no puedo irme así sin antes avisar aq