Al llegar al café, Lite hizo una seña al camarero, quien se acercó de inmediato para atenderlos con profesionalidad. Con un gesto cortés, el camarero entregó dos menús a Lite y Laura, dirigiéndose respetuosamente a Lite:
—Señor, ¿qué desean pedir?
Lite hojeó el menú con despreocupación y le indicó al camarero:
—Por favor, tráigame un refresco de cola bien frío y también un tiramisú.
Luego, se giró hacia Laura con curiosidad y le preguntó:
—¿Y usted, señorita? ¿Qué le gustaría ordenar?
Laura se sintió desconcertada por la situación. Habían acordado reunirse para discutir algo importante, y ahora estaban hablando de comida. Decidió no objetar; pensó que tener algo para picar durante la conversación podría hacerla menos incómoda. Hojeó el menú y finalmente dijo:
—Solo un café para mí, gracias.
Lite asintió con entendimiento y añadió al pedido:
—Además, tráigame otro café, por favor.
Los pedidos no eran complicados, así que el camarero sirvió rápidamente la comida y las bebidas. Mien