"Si no fuera porque tengo prisa por reunirme con mis amigos para cenar, habría decidido llamar a la policía y dejar que ellos se encarguen de usted. Pero ando apurada y no quiero perder el tiempo con usted. Señora Méndez, usted es una adulta y debería saber lo que está bien y lo que está mal. No repita los errores de su preciosa hija".

Luego de darle ese solemne recordatorio, Ava giró la cabeza para mirar a Tom y disculparse. "Lo siento, Señor Lowe. Debido a mis asuntos personales, lo involucré a usted también. Lo siento mucho".

"Eres demasiado cortés. Usted es una empleada de mi empresa, y alguien está aquí para crear problemas. Lo correcto es ayudarla". La actitud de Tom era muy seria. Al decir eso, levantó sus ojos oscuros y miró a sus empleados.

"Vayan a casa ahora para que no salgan lastimados por ser unos entrometidos". Tom miró a la madre de Naya cuando dijo esto.

Todos entendieron lo que Tom quiso decir, y sí pensaban que la madre de Naya podía ser peligrosa. No querían que