Después de que Maisie la reprendiera así, Fiona apretó los dientes. Miró ferozmente a Maisie y a Ava.
“Ava, eres realmente turbia. Cualquiera que se atreva a ser tu colega en el futuro tendrá que preocuparse de ser incriminado por ti y quedar con antecedentes penales. ¡Personas como tú se enfrentarán a las consecuencias!”.
Fiona maldijo con rabia antes de darse la vuelta y marcharse.
Maisie miró con desprecio en la dirección en la que se fue Fiona.
“¿Quién se cree que es? Tiene dedos pegajosos y ha robado tu bolso porque no tiene límites, pero ahora te echa la culpa a ti. Creo que no solo tiene un problema de personalidad, sino también de cerebro”.
Maisie se quejó antes de girar la cabeza para volver a consolar a Ava.
“Ava, no le prestes atención a personas así. La han detenido porque ha robado algo. No tiene nada que ver contigo”.
“Maisie, gracias”. Ava sonrió y le agradeció a Maisie, pero no le afectó lo que Fiona dijo.
Los demás empleados de la oficina no hablaron. En su lug