"¡Lana, no quiero tener una hermana como tú!".
Fabián cargó a Lillian en sus brazos, se dio la vuelta y caminó hacia el garaje.
Lillian, que estaba en sus brazos, mantuvo la mirada fija en Jeremy, que la había ignorado.
Sus grandes e inocentes ojos parpadearon ligeramente, pero poco a poco se atenuaron y se cerraron.
Jeremy miró a Lillian, que se dejaba llevar, por su visión periférica. Estaba seguro de que Fabián no le haría daño a ella.
Murmuró miles de disculpas en su interior, pero no pudo aliviar el dolor de su corazón.
Era su única princesita y la de Madeline, pero ni siquiera pudo ayudar a la preciosa princesita a levantarse cuando se cayó delante de él.
¿Qué clase de padre era él?
Madeline y Ryan acababan de regresar a la Mansión Whitman desde la comisaría. Seguían preocupados por el paradero de Lillian cuando vieron un coche deportivo aparcado en la puerta.
Madeline fijó su mirada en él y vio a Fabián sentado en el asiento del copiloto con una niña en brazos.
"¿Lilli