Capítulo 3 - Dylan decidido

Dylan llegó a Florencia con dos horas de retraso. Había tanto tráfico que llegó tarde y tuvo que tomar otro vuelo. Encima, poco antes de marcharse casi comete una estupidez. Llamó por teléfono a su amigo y apenas este le contestó, le preguntó dónde se encontraba

—Estoy en las oficinas, ¿y tú por donde andas?

—Acabo de subir a un taxi, me están llevando al hotel ¿sabes si Gina está en la casa?

—No, iría a ver a Alina y a su otra amiga. 

—Que lástima, quería ver a los chicos, bueno, lo haré luego. 

—Bien, ven a la empresa, necesito consultarte algo, y después podemos ir a mi casa.

—Excelente. Dejo mis maletas y voy para allá. Adiós.

Colgó el teléfono y le dio la dirección al conductor.

Una vez entró, se registró y fue hasta su habitación. Se refrescó un poco y nuevamente salió. Primero fue al alquiler de coches y luego de escoger un Maserati se dirigió a la empresa. 

Cuando llegó, se dirigió hasta la oficina de Ryan y lo saludó.

—¿Cómo está el nuevo papá? 

—Mas feliz creo que es imposible. ¿Cómo está todo por Chicago? 

—Bien, bah! Normal. Mucho trabajo, siguen llegando clientes y debemos seguir buscando proveedores. Pero todo genial. 

—Bueno, aquí también estamos creciendo. No doy abasto.

—¿Tanto así? Pero eso está muy bien. Igual, cuando te cases, dejarás que yo me haga cargo aquí, ustedes irán a algún lugar de luna de miel ¿no? porque lo dejé todo atado allá en Chicago.

—Bueno, en realidad Gina prefiere quedarse aquí. Pasar con los niños y su familia y amigas. Yo también, de hecho. Pero si tu te quedas aquí le diré para que vayamos a Paris a pasar al menos unas semanas. 

—Por supuesto que si. Se lo merecen. Y los niños pueden quedarse conmigo. Mis padres vendrán para la boda y se quedarán unos días. 

—Agradezco tu ofrecimiento, pero ni ella ni yo queremos alejarnos de nuestros hijos, son demasiado pequeños.

—Lo entiendo.

—Bueno, necesito hacerte una pregunta que tal vez te extrañe, ya que nunca te pregunté directamente esto, pero… ¿sales con alguien?.

—No— dijo sin dudar Dylan—estoy demasiado ocupado para conocer o tener sexo con una mujer— explico el.— es más, hace días casi caigo en el juego de Elizabeth. Me sigue a todas partes, según ella quiere recuperarme. Hacerme notar que ella es la indicada para mi— se burló el— sabe que no estoy con nadie, entonces piensa que es por ella. Inclusive, cuando bajé del avión y encendí el celular me llegaron muchos mensajes de ella en el que decía que nos veríamos pronto, que vendría aquí para que recuperemos en tiempo perdido— terminó fastidiado.

—Mmm…¿cómo sabe donde estás?— inquirió extrañado el.

—No lo se. 

—A lo que iba entonces, si no sales con nadie y solo es Elizabeth la que está a tu alrededor… ¿conoces a una chica llamada Nicki?

Dylan lo miró apretando la mandíbula. El día mas temido había llegado, era obvio que Nicki lo buscó hasta que lo encontró. Ahora estaba molestando a su familia, se arrepintió de dejar todo en sus manos. Se reprendió a si mismo, el siempre era previsible y se anticipaba a cualquier problema. 

—¡Maldita sea! ¿cómo los encontró? ¡¿qué les contó?!

—O sea que la conoces… estas casado con ella— afirmó el

Dylan se levantó de la silla y comenzó a dar vueltas maldiciendo en vos baja.

—¿Por qué no nos contaste nada? Tu hermana le preguntó a Nicki y ella tampoco dijo nada.

—¿De qué hablas? ¿cómo que Gina se lo preguntó? ¿ella la conoce?— inquirió confundido.

—Por supuesto que si, Nicki es Niccola, la mejor amiga de tu hermana. Siempre habla de ella. 

—Pero… no puede ser…— se volvió a sentar Dylan— m*****a sea.

—¿Qué sucedió? Están casados, pero están separados, no lo entiendo

—Bueno— suspiró el— nos conocimos en Las Vegas, había ido a cerrar un el trato de nuestra empresa ¿recuerdas? Todo fue bien y luego regresé al hotel en el que me alojaba. Ella se me acercó, charlamos… me encandiló, no lo se… su ingenuidad, sus chistes tontos… le seguí la corriente cuando dijo que nos casáramos. Atracción pura. Fui un estúpido. — se lamentó el— ¿que les dijo a ustedes?

—No dijo nada. Gina le preguntó sutilmente y ella no entró en el juego. En todo caso, ¿por qué no están juntos? Ni ella ni tu llevan anillos.

—Estábamos mas o menos borrachos. Ella mas que yo, en realidad.

—¿Te aprovechaste de ella?— lo miró Ryan.

—¿Qué? ¡claro que no!. La dejé dormida en su habitación al otro día. No fue sincera conmigo, me coqueteó descaradamente, pero…— fue bajando la voz.

—¿Pero?— lo animó a continuar su amigo.

—Pero cuando estaba despertando murmuró anhelante el nombre de un hombre. El día anterior, le pregunté claramente si estaba con alguien o si mantenía una relación y me dijo que no. 

—¿Y lo hablaste con ella?

—Obviamente no. Le quité la baratija de anillo y me marché. Fui irresponsable al no pedir la anulación de inmediato, pero imagine que ella se encargaría. Bueno, otro hombre la estaba esperando ansioso así que necesitaría si o si estar libre. 

—¿Y ahora?... ¿qué harás?— lo miró expectante Ryan.

—Necesito hablar con ella, que arreglemos nuestros asuntos— de repente que quedó callado.

—¿Qué sucede? ¿en qué piensas?

—¿Está saliendo con alguien?—como Ryan se le quedó viendo prosiguió— Nicki… sigue saliendo con quien sea que estaba soñando hace meses?

—Creo que no. Está sola ¿por?

—Porque así como ella me utilizó, yo puedo hacer lo mismo. Puedo usarla de pantalla, así Elizabeth deja de atosigarme. Si me ve con alguien… se dará por vencida. ¿Entiendes?

—Creo que si… pero no me parece lo mejor. Dudo que Nicki esté de acuerdo.

—Lo estará. Puedo convencerla

—No creo que sea tan fácil— guardó silencio un momento, y al ver la decisión en los ojos de su amigo suspiró—Solo no la lastimes, en este tiempo que la conozco, he llegado a apreciarla verdaderamente. 

—No lo haré. Será conveniente para ambos, te lo aseguro. Lo que si te pido es que no le digas nada a Nicki de mi plan, quiero agarrarla de improviso, que no esté preparada.

—Está bien.

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