LunaPese a la inquietud de Ares en saber si recordaba cómo disparar y tras demostrarle con éxito que no tenía por qué dudar de mí, menos porque la tristeza se había ido gracias a su ayuda quedando el resentimiento por lo que me hizo Noah, podía tener la mente enfocada en la siguiente parte del plan que era investigar las rutas, más exactamente la de Somosierra que es la tiene mejor acceso con el centro del país.Esa noche quise jugar un poco con él para hacer más entretenido el momento al no haber todavía acción, pero esta no tardó en aparecer cuando unas horas después partimos al centro de Madrid donde encontramos a Marte en una reunión muy especial, nos infiltramos sin problema en la discoteca aprovechando un par de antifaces que robamos a un grupo que recién ingresaba con nosotros, así nos logramos quedar en la zona VIP sin que él se diera cuenta, pero más temprano que tarde las alarmas sonaron cuando unos sujetos ingresaron una hora después disparando por doquier y salimos de inm
Noah¿Cuántas veces he regresado al mismo sitio después del accidente? Creo que los guardas ya no me impiden el ingreso ni ponen demasiados problemas de tantas veces que mi auto ha solicitado el acceso a la zona estudiantil donde ocurrió todo, y es que he usado cualquier cantidad de artimañas para pasar a pesar de las obvias restricciones de las diferentes entidades que investigan la conflagración. Una fuga de gas, dicen, fue la causante de tal hecho, que la entidad pública encargada ya está tomando cartas para que no se repita, también escuché que están haciendo la adecuación del lugar para terminarlo lo más pronto posible… tonterías, nada de eso me interesa. No hubo víctimas fatales.No se encuentra entre los heridos de mediana o baja gravedad. Nada.No hay pistas, no está la pulsera, no hay NADA.Parece que a Luna se la tragó la tierra en este país y ya me he quedado sin ideas de a quién acudir para ayuda, las que tenía, ninguna supo darme luces al respecto. No uso la herramient
Noah –¡Hermano! Días sin dormir, andar por media Madrid sin descanso y un par de botellas de vino que lograron que al fin mi cerebro se desconectara por completo. Lo último que recuerdo era a Henry regañandome por el espectáculo de encontrarme riendo a carcajadas con su interés amoroso actual y acusándome de cosas absurdas mientras me arrastraba a la segunda planta a lo que tengo asignado como habitación. Es casi mediodía y no recuerdo cuándo fue que dormí tanto, ha pasado tiempo. Escucho en el primer piso voces que se me hacen muy conocidas, así que bajo los escalones no muy bien presentado, sigue haciendo calor a pesar del aire acondicionado ¿quién les dijo que 20 grados era una buena temperatura? –¡Rose! –Exclamo al llevarme la sorpresa de que entre las personas que llegaron está Amelie y obviamente mi hermano Andrew –¡Jack! – Me responde con emoción y corremos a encontrarnos cual película cliché romántica para fundirnos en un fuerte abrazo Entre miradas saludo también a An
LunaHabía una música de fondo, no comprendía qué pasaba, pero mi pecho seguía ardiendo y alguien gritaba mi nombre a lo lejos, entonces aparecí de nuevo en el edificio de la universidad, pero Ares se encontraba afuera. De pronto dos fuertes explosiones a mi alrededor me ensordecieron, volví a sentir algo clavarse en mi pierna y una segunda presión se hizo presente, solo que esta era en mis tobillos, estaban atados.–Luna, mi Luna… pronto… falta poco… para siempre estar juntos… mía…Esa voz horrible. Intenté desesperadamente quitarme la cuerda que me sujetaba, pero antes de poder siquiera tocarla, algo tiró de mí arrojándome por la ventana donde cientos de personas me veían vitoreando enardecidas por mi aparición, Ares no se inmutaba para nada y yo menos lo hice al sentir el vértigo por la caída vislumbrando la sustancia amarilla verdosa que burbujeaba en un enorme tanque, mi muerte sería inevitable, esta vez no me ahogaría y algo me decía que moriría en cuanto el líquido tocase mi pi
Noah Meier El frío de la noche es abrumador a pesar de estar en verano. El sonido de los trenes entrando y saliendo sin final, las personas, sus murmullos, los miles de idiomas que se escuchan a mi alrededor y a pesar de todo eso me siento en medio de la nada. Recuerdo cada minuto de ese día, el sonido insistente de mi celular con el nombre de mi hermano en la pantalla que me negaba a contestar… ¿Y si no lo hubiese ignorado? ¿Si no hubiese esperado a que mamá marcara…, acaso todo sería diferente ahora? El Abuelo. Puedo sentir en mis músculos cómo mis piernas aún resienten el esfuerzo que hice para llegar hasta él, subiendo cada escalón de ese hotel sin pensar y sin importarme estar en medio de los Alpes Suizos donde mis pulmones no alcanzaban a atrapar el suficiente oxígeno, donde no me importaba que con cada movimiento me quedaba sin aliento. Trato de enfocarme, pero por alguna razón no puedo. Solo han pasado días desde esa noche, de hecho, huyo de todo en este momento sintiend
Días antes – Día del matrimonio de AmelieNoah¿Frustración, dolor o arrepentimiento?Estoy en un estado donde desconozco el sentimiento que me embarga. Donde no tengo una explicación lógica de las cosas que atormentan mi cabeza y simplemente me quitan el aliento día a día. Cosas que me roban las ganas de poner un pie fuera de la cama o dentro de ella.No recuerdo cuándo fue la última vez que dormí una noche completa o cuando me levanté sin el dolor extendiéndose en todo mi cuerpo, o que mi estómago me diera algo de tregua al ardor lacerante. Si lo pienso, no tengo respuestas claras a ello, aunque para ser sincero tampoco me interesa saberlo. Desconozco lo que fue mi vida antes de todo esto porque no sé cuándo toda ella, mi miserable vida, empezó a girar en torno a una sola persona que hoy veo radiante, entregándose a otro.¿Aposté y perdí? No, por supuesto que no. Las personas como yo no apostamos; lo damos todo, lo calculamos todo, lo planeamos todo... El resultado no fue el esperad
Luna—Hija, a partir de hoy vivirás con el señor Forbiden, él cuidará de ti y te dará una mejor vida —dice mi padre con su voz temblorosa.Veo a mamá llorando muy preocupada junto a dos hombres vestidos de negro con gafas oscuras y el señor Forbiden se acerca a mi padre, es un hombre muy alto y bastante robusto, va vestido igual que los hombres que están con mamá, pero de color blanco. Retira sus gafas y mano de dedos gordos toca mi rostro, él sonríe, pero me da miedo su sonrisa.—No quiero ir papá, quiero quedarme con ustedes —pedí un poco asustada alejándome de ese señor.—No hija, no, debes ir con él, mamá y yo tenemos que hacernos cargo de algunos trabajos y no podremos jugar contigo.—Así es preciosa —el hombre de blanco presiona el hombro de papá, se nota que lo hace fuerte porque él se queja un poco, aunque me hace creer que no es así y se aparta. —Ya verás que en mi casa nos divertiremos mucho los dos y haré un cuarto de juegos solo para ti.Daba miedo, ese hombre da mucho mie
Noah–Vaya, no sabía que eras de aquellos a los que el jetlag les afectaba tanto –Veo a Oz bajar las escaleras de la gran casa en la que me encuentro con su típica sonrisa sardónica que parece no abandonar nunca–… Aunque en realidad no hay ninguna diferencia horaria entre Ámsterdam y Zúrich –comenta con sarcasmo.Llevo semanas sin dormir propiamente dicho, las horas se me pasan entre ver mi teléfono que no da más información y el paisaje caluroso de la ciudad. Sé que duermo, sí, pero solo lo hago cuando el cuerpo al final es el que me vence y mi cerebro se apaga porque si no, estaría totalmente loco al día de hoy.–Parece que hoy nadie va darnos muchos detalles –continúa hablando–, bueno me alegra mucho que ya estés dispuesto a un nuevo día, no creas que estarás viviendo a mis costillas mientras estés aquí.–Sé que vine a trabajar, además te recuerdo que amo lo que hago, aunque…–¿No lo parezca? –me interrumpe riendo en bajo tono, aunque desee refutar lo que acaba de decir, las pocas