—Sé que no debí reaccionar de esa manera tan egoísta. —Comenzó a disculparse —. Sé que estas atravesando por un gran problema por el cual no preguntare ya que no me incumbe, pero la solución no era mentir. Sé que a veces soy algo desconsiderado y no puedo justificarme por ello, sin embargo, espero que desde ahora me consideres como un amigo más. Al igual que Danny y Constanza, anhelo ayudarte de alguna forma.
Me sentí rara, nerviosa y sobre todo muy feliz.
Estoy perdida.
Y enamorada.
>>Puedes regresar a trabajar cuando quieras.
Esa frase me hizo despertar.