—¡Déjenme ir! —exigió, luchando por liberarse.
—No —respondió Nathalia con tranquilidad—. Hay un avión esperándote. Ya hemos enviado hombres a buscar a tus dos hijos. Todos serán trasladados a East Hill.
—¡¿East Hill?! —exclamó Paola con horror.
—Sí —confirmó Nathalia con una sonrisa cruel—. No te p