—Adelante —dijo el alcalde con curiosidad.
Michael ignoró la invitación inicial y habló con un tono tranquilo, aunque cargado de intenciones ocultas.
—¿Cómo está su salud, señor Fischer? Mi equipo y yo vinimos porque escuchamos que no se encuentra bien.
El alcalde pareció sorprendido.
—¡Vaya! Pensé