~Scarlett
Sebastián se había ido después de que yo me enfureciera esa noche. Creo que esta vez sí lo herí. Fue como arrancar una curita de un jalón ¿no?
Después de eso, no volvió más y tuve una semana de paz. Ni ex fastidioso, ni Ava, ni noticias, nada.
Al final, nuestro escándalo no llegó ni a la última página del periódico. Jack Fuller había hecho todo en silencio, al segundo día contactó a mi camarógrafo y le ofreció comprar el video. El tipo, por supuesto, subió el precio tres veces después de haber cerrado el trato. Jack cedió. Una y otra vez.
Lo sé porque ese camarógrafo no era cualquiera. Era uno de los mejores amigos de Adrián, un veterano de Afganistán, y ahora, mi guardaespaldas.
Mi pequeño video casero se vendió por cincuenta mil dólares. Creo que pude haberle dicho que cobrara aún más, pero no hacía falta. Ya habíamos conseguido lo que queríamos, medir la reacción de Jack Fuller.
Y vaya que reaccionó. Hizo hasta lo imposible para mantener mi nombre fuera de los medios de c