~Scarlett~
—¿Estás segura de que estás bien? Si quieres llorar, puedes hacerlo —me preguntó Adrián por tercera vez cuando volví a subirme al carro. Le había dicho que no tenía que esperarme, pero ahí seguía, estacionado en el mismo lugar, tan sorprendido como yo al verme salir.
No estaba tan triste. No como cuando descubrí la verdad sobre mi supuesta familia, sobre cómo cada uno de ellos me había traicionado y quería sacarme partes del cuerpo. Compraron mi vida para su adorada hija, ¿qué tenía de malo eso?
Y siendo sincera me sentía super feliz ahora que su hija finalmente estaba curada y ya no me necesitaban.
—Ava ya está bien, su estado de salud es estable —le dije a Adrián, sintiendo una tranquilidad que hacía mucho no sentía— Tal vez ni siquiera me persigan si les digo que me voy.
—¡La curaron a costa de explotarte! —Adrián suspiró, quejándose con resentimiento.
—Bueno, pensándolo bien, ellos pagaron por mi vida y mi educación. Sabes... igual hubiera aceptado si desde el principio