Sebastián
Si Scarlett dejó de amarme cuando mencionó el divorcio, ahora me odia.
Cuando me veía, ni siquiera había odio o ira en sus ojos, no había nada. No me veía a mí, sino a un extraño al que le deseaba lo peor, podía leer esos deseos. No me importaba si me odiaba, ni siquiera me importaba si intentaba vengarse de mí, de hecho, me lo merecía.
Pero no lo hará, ella ya no estaba allí. Cuando no la obligaba a hablar, era como si ya estuviera más allá de este mundo.
Debí haber pasado más tiempo con ella, debí estar ahí para ella cuando llegó Ava, pero yo...
—Sebastián... te dije que no tenías que venir al tribunal —Damian se sorprendió al verme—. ¿Cuándo fue la última vez que dormiste de verdad?
¿Hace dos o tres días? Literalmente, no tenía tiempo.
Había estado ocupándome del bebé, de la acusación de agresión de Scarlett, y de la investigación del robo. Creía en Scarlett, pero su historia era difícil de probar. Si fue Ava, entonces ERA mi culpa. Le di el código a Ava una vez, por una r