Pier, era el nombre de Piero en inglés londinense, pero el hombre no demostró ni una señal de felicidad, ni siquiera después de recibir los elogios generosos de su mentor. Apretó su agarre en el ratón y no supo cómo responderle, pues le disgustaba que acabara de elogiar a la luna que más le desagradaba. Mientras contemplaba su respuesta, apareció un nuevo mensaje.
«El último paso de la solución me recordó a una alumna de nuestra universidad que solía resolver preguntas complicadas con los métodos más sencillos».
Frenéticamente, Piero preguntó: «¿Quién es?».
Necesitaba con urgencia ecuaciones similares para resolver sus preguntas, pero no se atrevía a consultarle a Belén. Por lo tanto, esa persona misteriosa que mencionó René es de suma importancia para él.
El mentor respondió: «Su nombre es Belly, está en un nivel más alto, pero ella es muy joven.
Consiguió un título de doctorado de muy joven y también nuestro director la valora mucho. Ofreció un puesto de profesora en la univers