Evangeline estaba pensando en como hacerse amiga de las modelos de la agencia y así acercarse a la mafia de la mano negra, cuando de pronto una idea roso su cabeza.
Llamo a Alex.
— Hola mi amor — contesto mientras iba en el coche bajo la atenta mirada de Luna.
— Hola guapo ¿como estas?
— Bien ¿y tu, como te fue en la agencia?
— Estuvo bien precisamente de eso quería hablarte, se me ocurrió hacer una fiesta para conocer a todas las chicas, pero ya sabes que mi mamá aún no esta bien y me parece mal hacerla en mi casa.
—¿Entonces quieres hacerla en la mía? — respondió sonriente, la incomodidad en el rostro de Luna era evidente, Alexander se veía realmente enamorado, cuando contesto esa llamada era como si todo a su alrededor desapareciera.
— ¿Me harías ese enorme favor amor? — pregunto Eva con voz dulce.
— Mi casa es tu casa, puedes hacer lo que quieras reina mía.
— Sabía que contaba contigo, te amo.
— Para siempre, aunque puede que te cobre unos pequeños intereses luego — dijo con voz s