Dorian Por un momento me pareció verla nerviosa, pero luego solo hizo un gesto restándole importancia. —Me lastime, golpee la pared de mi habitación mientras trataba de dormir, es por eso. Últimamente he tenido insomnio —hablo tranquilamente. —¿Ocurre algo? ¿Te has sentido enferma? —preguntó Anais preocupada. —No, no te preocupes solo es el estrés del estudio, gracias por preocuparse —respondió Meredith, seguimos desayunando con tranquilidad. Estaba pensando en comunicarme con Xavier para lo del divorcio de Anais aun no puedo creer, que se lo de así como así, deje a Anais en la habitación pues debía hacer unos últimos balances para mi empresa, me gustaba mucho verla concentrada trabajando parece que lo disfrutaba, y yo disfrutaba de ella, la sonrisa que se dibujaba en su rostro no tenía precio. Me dirigí a la habitación de mi padre pues debía conversar con él. —¿Qué haces aquí Dorian? —preguntó mi padre. —Disculpa si mi presencia te molesta pero debes aceptarla, solo estaré un
Anais Mer se quedo junto a mi un momento más hasta que Dorian llego, le sonreí al verlo entrar a la habitación, pero note una mirada un poco triste y preocupada, observó a Meredith y se acercó a mí. —Fui a tu habitación, creí que habías salido —mencionó el mientras me tomaba por la cintura, su músculos estaban tensos, toque su mano en mi cintura y estaba frío. —Vine a hablar un momento con mi cuñada, supe que se irán pronto —mencionó observando a su hermano. —Así es, no me puedo quedar más tiempo aquí y es claro que no dejare a Anais, ella irá a donde yo esté y yo iré a donde ella quiera que vaya —mencionó dejando un beso en mi mejilla, sentí un revoloteo en mi estómago y mis mejillas arder un poco, Meredith sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos —¿Saldrás con tu amiga esta noche? —preguntó. —No lo sé, ella me invita de repente —comenta. —¿A dónde van? —preguntó Dorian. —No puedo decirte hermano —miro a su hermano con una sonrisa divertida —pero si quieres puedo invitar a
Meredith ..—Meredith, lamento tanto lo que sucedió, te juro que no sabia nada, perdóname —se acercó quedando a pocos centímetro de distancia de mi, mire fijamente a sus ojos y me contuve para no llorar frente a él, no creería ninguna de sus palabras. Confíe en el y me traicionó de la manera que jamás imagine. —No Mike, sal de aquí por favor. Yo no voy a perdonarte, no se que haces fuera de prisión tu merecías estar más años en ese lugar —exprese un poco molesta y con un pequeño dolor en mi pecho. —Meredith…—¡Basta! ¿Vas a negar que me diste esa droga? Niégalo en mi cara, dime que no es cierto. Anda hazlo no seas cobarde —gritaba mientras golpeaba su pecho. El miedo se había ido y la furia se apoderaba de mi, aunque también sentía la ansiedad mis manos temblaban, me costaba un poco respirar —Esa noche yo sería tu diversión y la de tus amigos, ibas a dejar que ellos… —un escalofrío recorrió mi cuerpo de solo pensarlo —Todo les salió mal, por una parte agradezco haber estado al bor
Dorian ...—¿Dónde estas Meredith? ¿Qué hace usted con su móvil? —pregunté rápidamente. —Lo siento, ella y Anna ya están dormidas, encontré su móvil en la sala de mi casa —respondió el hombre —Ella está bien no se preocupe. —Podría decirle que llame a primera hora cuando despierte —le pedí. —Por supuesto, yo se lo diré —corte la llamada y me acerque a Anais. —¿Qué sucedió? —interrogó ella. —Al parecer Meredith se quedara en cada de su amiga pero no informó nada —comenté extrañado. —Bueno… pero ya sabes que estas bien… —Si pero debió informar, Meredith tendrá que darme muchas explicaciones, todo esto me parece extraño Anais —comenté con mi ceño fruncido. —Tranquilo mi amor, Meredith ya es una adulta, se que ella te dará muy buenas explicaciones pero debes mantenerte tranquilo —dijo, asentí de acuerdo y aunque ya supiera que ella está bien aún me sentía preocupado, necesitaba que ella me llamara para totalmente seguro de que esta bien…Meredith Duele… mi cabeza duele… abrí m
Dorian Me desperté y Anais no estaba a mi lado, mire la hora en mi móvil y aun es muy temprano, me levanté y me acerque al baño pero ella no estaba ahí, al salir del baño la veo entrar con una bandeja con un vaso de jugo de naranja y un tazón con frutas, sonrió al verla. —¿Por qué no me despertaste? —pregunté. —Estabas durmiendo profundamente y no quise interrumpir tu sueño, además has estado muy cansado los últimos días —respondió. Coloco la bandeja sobre la mesita de noche. Me acerque y la tome por la cintura —Buenos días mi nena bella —dije mirando a sus ojos. —Buenos días mi amor —dijo sonriente, me incliné para poder besar sus labios, un beso suave y lleno de sentimientos por ella. —Despertaste hambrienta por lo que veo —acaricie su mejilla mientras veía sus hermoso ojos grises. —Bueno… se suponía que solo iba por un vaso de agua pero vi que estaban preparando el jugo de naranja y se me antojo, decidí traerte un poco a ti junto con un poco de fruta espero no te moleste —men
Meredith Ryker siguió con el beso, no me alejó de el, al contrario me acerco más a él, su manos grande y fuerte me tomo por la cintura, mi pecho pegado a su torso completamente sudado y desnudo, no me provocaba asco al contrario me hacía verlo muy atractivo, sentía que el tenia una vibra magnética qué le atraía hacia el, mi boca quería más de el y para el yo no era indiferente, no soy una niñita, puede que no sea tan madura pero se perfectamente lo que hago, se lo que un simple beso puede provocar y yo estaba decidida a ver lo que provocaba en el, así me viera con odio o molesto había algo en el que no lo hacía indiferente a mis ojos, quizás aquella noche no lo pude notar por el temor que sentía pero ahora si podía hacerlo. Mis manos bajaron de su cuello y acaricié sus hombros, toque sus fuertes brazos, sentía un deseo desenfrenado hacia el. Abandone sus labios, mordí su barbilla de manera provocativa, me dirigía a su cuello, el desprendía un aroma varonil que alborotaba mis hormona
Si crees que amarte es un pecado entonces yo abrazare mi condena con una sonrisa. No temeré a las llamas del infierno, cada chispa ardiente de ese fuego sobre mi piel será un recordatorio de lo mucho que te adoro. Preferiré mil veces arder en el fuego eterno, vivir en ese lago de fuego para siempre será un placer, cada agonía, cada quemadura valdrá la pena si me dejas amarte como quiero. Mi amor por ti es tan profundo y feroz que ni el infierno podrá apagarlo. Ven decide vivir este amor junto a mi, toma mi mano yo recibiré cada quemadura por ti, permiteme amarte como mereces. Que los demonios me esperen, por que mi amor por ti es un fuego que arde, mucho más que cualquier infierno. Mi amor solo tu podrías apagar este fuego. Déjame adorarte toda una vida... *********************************************** Capítulo 1 —Lo amo Caminar por este jardín era como ir a pasear en un parque, admiraba la belleza de cada flor. Sonreí observando el cielo que este día lucia hermoso, su colo
Capítulo 2 —Viaje Anais Un año ha pasado desde nuestra boda, todo va bien entre nosotros, al menos eso es lo que yo creo, ya que a veces tenemos pequeños desacuerdos. Xavier y yo decidimos vivir en una pequeña casa, nos mudamos hace algunos meses ya que ahorramos el dinero necesario para poder comprarla. La familia de Xavier es muy adinerada pero no quise que el comprara nuestra casa, no estoy con el por su dinero y no es eso lo que quiero aparentar, se que su madre no me quiere por que piensa que yo estoy con el por su dinero. Los padres de Xavier tienen un empresa aquí en Estados Unidos y una en Francia. Su padre se hace cargo de la de Francia y Xavier de la que está aquí. Desde que salí de la universidad trabajo en una tienda de ropa. Xavier me ha ofrecido trabajo en su empresa pero no he aceptado, no quiero ver a mi suegra reclamar que yo esté metida en su empresa. Este día me toco cenar a mi sola. Xavier dijo que tenía una reunión y vendría muy tarde y mi hermana