La cirugía había sido un éxito, el pequeño ya descansaba en su habitación en el hospital. La policía aguardaba fuera mientras interrogaban a la joven madre. Jhony era tan solo dos años mayor que el hijo de su mejor amiga, la cual él consideraba como su hermana.
Estaba a una distancia prudente esperando que la policía dejara en paz a la joven mamá para poder hablar con ella. La chica no pasaba los veinticinco años, seña de que tuvo a su pequeño siendo menor o a los dieciocho, máximo.
Él estaba absorto en sus pensamientos y no se dio cuenta de que Alana le observaba embobada desde el puesto de enfermeras de ese piso.
—“Love is in the air” —se burla una de las enfermeras al ver a la doctora Taylor comiéndose con la mirada al nuevo jefe de cirugía pediátrica.
—Cállate, Miranda —la regaña—. Te puede llegar a oír.
—Dicen que es soltero —advierte ella animando a su superior—. ¿Ya tienes su número?
Alana le regala una mirada despectiva
—No soy una acosadora como tú comprenderás, Mirandita —se