AGUAS TERMALES.
AGUAS TERMALES.
En las guarderías, Erika jugaba con un bebé lobo de apenas 1 año, el cachorro jalaba su cabello mientras ella reía divertida. Una Omega joven se acercó con una sonrisa amable.
―Oh, el pequeño Sam es muy travieso, siempre hace eso.
Erika miró al bebé con ternura.
― ¿Sam? ¿Es su nombre?
―Sí, su madre lo llamó así por su padre, murió en la batalla contra el Alfa Feyrus.
Erika volvió a mirar al bebé en sus brazos y sintió una ola de tristeza por él. Era una lástima que nunca pudiera conocer a su padre.
―Es tan pequeño y lindo, seguramente su madre cuida mucho de él, ¿verdad?
La joven Omega bajó la cabeza y su expresión se tornó triste.
―No, su madre murió hace un mes, una extraña enfermedad, debo decir. Desde entonces Sam vive aquí.
El corazón de Erika se apretó; el pequeño estaba solo en el mundo y ella más que nadie podía comprender lo que eso significaba.
― ¿Quiere decir que no tiene a nadie?
―No, Luna. Es un lobo huérfano.
Erika miró por mucho tiempo al peq