—sabes dónde está él?—Romina sonrió,
—Si lo sé, hubo una reunión de socios muy importante en la empresa y el tuvo que ir forzosamente, además ya está casi totalmente recuperado, es momento que vuelva al trabajo, a de estar furioso, a Apolo le gusta siempre venir a comer a casa y por lo visto la junta se va a alargar bastante—Bueno pues eso lo podemos solucionar! —dijo Romina, dejó hablando solo a Daniel y se dirigió a la cocina, preparen unas viandas con la comida favorita de Apolo! la joven ordenó a la cocinera, llevaba buena relación con el servicio de la mansión, en conclusión todos la trataban bien menos su esposoRomina subió a la habitación conyugal a ponerse un lindo vestido sencillo pero elegante en color nude, las zapatillas que llevaban era de color violeta al igual que sus accesorios, se maquilló resaltando sus hermosos ojos y bajó a recoger la comida que le llevaría a su esposoQuería darle una sorpresa a su marido, demostrarle que se preocupaba por él, llenarlo de detalles para demostrarle su amor, Romina no se imaginó que la que se llevaría la sorpresa de su vida sería ellaRomina pidió un taxi para que la llevara a las empresas Valentain, podía pedírselo a un chófer pero no quería molestar, en el camino ella iba ilusionada esperando que Apolo no se molestara por su visita, no quería enfadarlo ni ser hostigosa, pero aceptaba que necesitaba verlo más aún después de lo que había pasado entre ellos la noche anteriorApolo por fin terminó con la tediosa junta, apenas había entrado a su oficina, estaba de mal humor, ese día no podría ir a la mansión Valentain a comer por qué tenía otros pendientes y por alguna razón quería ver si esposa y ver cuál será su reacción después de haberla tomado, —se me habrá pasado la mano con ella?— se preguntaba, pero en él sabía perfectamente que sí—señorita Mariela, puede venir un momento? —Apolo llamó a su secretaria para darle indicaciones para pedir su comida, la quería tal y como la iba a ordenarRomina por fin llegó a la enorme empresa Valentain, saludó a la recepcionista y se dirigió a dónde sabía estaba la oficina del CEO, era allí donde Apolo se encontraría y si no, ella lo esperaría pacientementeLa secretaria Mariela tomó la órden de su jefe como si fuera una mesera, al pie de la letra, más al ver al atractivo jefe no pudo resistir el insinuarse, se sabía guapa y pensaba utilizarlo a su favorRomina al no ver a nadie en el escritorio y la puerta semi abierta dudaba en entrarMariela se acercó a su jefe sensual y dispuesta a todo, se le sentó en las piernas sin reparar en la gran molestia del CEO, si su adorable esposa no había hecho que se fijará en ella por más intentos que hacía, está mujer no lograría conseguir nada de élRomina se decidió por fin a entrar encontrando a Apolo con la secretaria en las piernas y sus labios muy cerca de los de ella, la dolida joven dejó caer las viandas al piso, sus ojos se le Aguarón, llevó sus manos a sus labios para tratar de callar su gritó de dolor y tristeza—!Apolo! cómo puedes? cómo puedes hacerme ésto?El Ceo tomó a la secretaria y la acercó más a él, el le estaba demostrando a Romina que era su amante,—acaso no te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar? ésto es lo que consigues por ser tan metida! —se escuchó la poderosa vos de Apolo decirlas crueles palabras de su esposo retumbaban en los oídos de Romina, ella que lo amaba con todo su corazón, solo había recibido desprecios, malos tratos y ahora una infidelidad , que seguía haciendo ella al lado de un monstruo como Apolo Valentain? se sentía estúpida, muy avergonzada de si misma por ser tan ingenua al creer que ella llegaría a ablandar su corazón, tal vez el siempre fue así y ella no lo vió, cómo sea era hora de acabar con ese matrimonio dónde solo ella había dado de si misma para que funcionaraDirigiendo una fría mirada llena de rabia, de celos y de dolor Romina por fin se revelaba,—!tú no mereces mi amor! y hoy me lo llevo para siempre! —dijo la hermosa joven mientras salía corriendo de allí, en el camino Romina podía jurar que escuchó su corazón romperse en mil pedazos.