Ruido, un molesto y espantoso ruido
Astrid volteó a ver el reloj que había a un lado de su cama junto a un computador portátil, en el display se podía leer 6:33 am, esta vez escuchó claramente el tono de su celular, lo tomo extrañada ¿Quién podía estarla llamando a esa hora?
– ¿Hola? – dijo evidentemente somnolienta.
– Buenos días Astrid – saludó una muy conocida voz con entusiasmo.
– ¿Emmett? – preguntó para garantizar.
– Si soy yo – respondió el joven Ceo de bellos ojos dorados.
– Señor Slorach, seriamente, ayer termine m turno hasta las 12:30 am y llegue a casa hasta la 1:00 am – dijo irritada y regresando a la formalidad del apellido después de despertar…no quería volverse demasiado cercana a su ex amor de juventud…menos aun po