Jacob se sintió intimidado por el fuerte gruñido de Elaine, pero se animó y dijo: "¡Un pie recto no le teme a un zapato torcido!".
Elaine lo fulminó con la mirada y pronunció: "Ah, no quiero hablar más contigo. Bueno, me voy a jugar al mahjong.".
Luego se levantó y le tendió la mano a Jacob diciendo: "¡Dame la llave de tu coche!".
"¿Qué? ¿Por qué necesitas un coche para jugar al mahjong? ¡Quiero usarlo después!".
Elaine puso los ojos en blanco y dijo despectivamente: "¿Por qué? ¿Quieres presumir ante tus amigos? Ni hablar. Dame la llave del coche, ¡rápido!".
Jacob suspiró abatido y le pasó la llave del coche mientras decía: "Conduce con cuidado, no lo rayes".
"¡Argh, cállate! Si vuelves a provocarme, ¡conduciré tu coche por el desagüe!".
Jacob estaba muy agitado, pero Elaine sintió que se había vengado. Se puso la chaqueta, con una sonrisa de triunfo en la cara, y salió por la puerta.
Cuando Elaine se fue, Jacob volvió a suspirar y dijo: "Charlie, acompáñame a la reunión más ta