Julietta.
Caí en cuenta que me estaba besando cuando comencé a responderle a su beso. Me había hechizado hipnotizado. Mi mente me decía que lo apartara de un solo empujón pero mi corazón estaba feliz de tenerlo así, y mi cuerpo aclamaba sus carisias. Hace tantos días que no estábamos así. Y lo extrañaba tanto.
Me deje llevar y cada beso que me daba borraba de mi mete esas absurdas ideas de darle una lección. El me amaba y yo lo amaba. No había más nada que pensar.
Poco a poco me fue arrastrando hasta la cama. Me desvistió. Lo hizo con adoración acariciando cada parte de mi piel y dejando tiernos besos durante su recorrido.
Me encontraba en las nubes. Desistí de mi plan. Desistí de fingir.
Y declare entre carisias y besos que le creía. Que lo amaba.
Me torturo toda la noche con sus besos y caricias. Y me hizo jurarle que no volvería a dudar de el. Por mi parte le hice jurar que no permitiera que ninguna mujer nos volviera a tratar de separar.
Hicimos el amor como nunca. Como si se tra