Mahardika miró a Carmella y a Juwita alternativamente después de escuchar la petición de su madrastra. Esto provocó inquietud en las miradas de ambas mujeres. Temían que Mahardika no aprobara la solicitud. Ambas mujeres esperaban que Mahardika aprobara su deseo para que su plan pudiera llevarse a cabo sin problemas.
"Si eso es lo mejor según tú, mamá, ¿por qué no? Juwita puede quedarse el tiempo que quiera. Además, esta casa es demasiado grande para vivir juntos", respondió Mahardika, haciendo que Carmella y Juwita brillaran de alegría.
"Gracias, hijo", dijo Carmella con entusiasmo.
"Sí, mamá, de nada", respondió Mahardika.
Luego Juwita habló; Ayunda solo escuchó, sin querer interferir en los asuntos de su esposo. Solo con poder disfrutar de la cena, Ayunda se sentía muy agradecida.
Ni que decir tiene Salsa, la chica parecía indiferente a lo que ocurría a su alrededor y prefirió disfrutar de su propia comida. "Que les den", pensó.
"Mahar, muchas gracias por permitirme quedarme e