Julia vio en sus ojos un pánico nunca antes visto y sintió una gran satisfacción. Esta reunión familiar le había proporcionado el mayor beneficio: contar con un respaldo poderoso.
No solo eso, sino que los mayores eran viejos amigos, lo que resultaba perfecto para poner en su lugar a Santiago.
— Santiago, por todas esas tonterías que has hecho, ni siquiera tengo cara para defenderte. ¿Acaso piensas evadir tu responsabilidad? El abuelo ya lo ha dicho, está de acuerdo con nuestro divorcio.
Santiago miró al abuelo.
— Usted, señor, debería descansar tranquilo y no meterse en asuntos de jóvenes.
— ¡Insolente! ¿Eso que dices tiene algún sentido? Si realmente tuvieras corazón, verías de principio a fin cuánto daño le has causado a Julia. Si ella se ha esforzado tanto por divorciarse, es porque está completamente decepcionada de ti.
Santiago quedó atónito al ver sobre la mesa los documentos minuciosamente detallados que enumeraban todas las humillaciones y el daño que ella había sufrido a su l