Capítulo 104
Al ver a Mario, Emma reaccionó con disgusto y lo reprendió:

—¿Reconciliarme contigo? Ni lo sueñes. Quisiera arrancarte la cabeza para ver qué tienes dentro.

Normalmente, Emma no se molestaba en lidiar con Mario y su holgazanería, ya que no solía hacer nada realmente malo.

Pero esta vez era diferente. Había secuestrado a Diego para ayudar a su manipuladora hermana, y eso era imperdonable.

Mario se acercó sonriendo y tomó su mano, intentando llevarla adentro.

—Es raro que vengas a buscarme. Déjame invitarte un café.

Emma se soltó bruscamente y lo miró con furia.

—Mario, déjate de tonterías. Sé que tienes a Diego aquí. Entrégamelo ahora mismo.

Mario abrió las manos fingiendo inocencia y negó todo.

—No sé nada de ningún Diego, solo vine aquí a pasar el rato porque estaba aburrido.

Emma lo agarró por el cuello de la camisa, sintiéndose decepcionada y furiosa a la vez.

—¿Ya no tienes límites? Natalia ha hecho tantas cosas terribles y sigues protegiéndola. Eres un necio. Ahora que ella se esc
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