Jael estaba esperando en la puerta a su amigo, le puso la mano en el hombro a su amigo para hacerle saber su apoyo, el mano derecha del líder mafioso sabía cómo se habían dado las cosas con su anterior segundo, lo mucho que le podía haberlo traicionado para que al final se diera cuenta que fue la esposa de su amigo quien le había tendido un trampa

Tatiana había jugado muy bien sus cartas en aquel entonces pero ahora se le había caído el teatrito que montó, debía pagar por todavía regresar y drogar al Boss para follar con él, era una maldita perra que no tenía perdón

— ¿Cómo te sientes ahora que ya todo esto termino? — Jael conducía el coche en el que él y el Boss viajaban

— No sabes lo liberador que es saber que jamás le falte a Braulio, que nuestra amistad se conservo intacta hasta final, la culpa, el remordimiento, todo se ha ido, no fuí un hijo de puta que se acostó con la mujer de su hermano, nunca lo fuí — respondió Nathanael, descubrir la verdad lo había hecho libre de los fanta