Gianna.

¿Será que nos escucharon? Espero que no, ya que teníamos una pequeña discusión sobre dónde debería dormir él esta noche porque mi bebé, ya estaba en brazos de Morfeo. Era tonta nuestra pelea porque anteriormente habíamos dormido juntos, pero hoy ninguno quería compartir la cama.

Vemos a su abuela junto a su madre, paradas fuera de la habitación, viéndonos con intriga, no sabía qué hacían aquí, pero tampoco tenían ganas de irse...

Por lo visto, era interesante lo que ocurría entre nosotros para ella.

—¿Qué pasa, están bien? ¿Necesitan algo de nosotros? —pregunta Mikhail, acercándose a mí.

La abuela intenta ver al interior de la habitación, pero su vista es bloqueada por el cuerpo de su nieto.

—¿Abuela, hay algún problema? —insiste, poniendo el brazo a mi alrededor.

—Escuchamos voces alteradas —responde su madre—. Como una pelea...

Mikhail me ve y ambos entendemos la referencia a lo que ella decía. Habían escuchado la discusión y vinieron hasta aquí para descubrir lo que pasaba.