Thea sí lo sabía todo.
Ahora ella era la joven dama del Palacio del Dios-Rey.
Además de estar bajo el mando de una persona, Thomas, ella era la autoridad más destacada en el Palacio del Dios-Rey.
Incluso los Cuatro Grandes Protectores estaban bajo su mando.
Sin embargo, Thomas le advirtió repetidamente que no revelara la información a otros, especialmente a James.
Thea tenía acceso al paradero de James durante los últimos días y quería ayudarlo. Con una expresión suplicante en su bonito rostro, dijo: “Cariño, déjame ayudarte. No soy inútil y también soy bastante capaz”.
“¿Qué sabes?”. James miró a Thea con el ceño fruncido.
“Yo…”. Thea dudó. Quería decirle la verdad, pero no podía hacerlo.
Thea bajó la cabeza y murmuró: “A-Alguien me filtró la información”.
“¿Quién?”, preguntó James.
“N-no estoy segura”. Thea sacudió la cabeza.
“No conozco a la persona ni por qué me reveló esas cosas”.
“¿Ah, sí?”. James dudó de su respuesta.
‘¿Quién sabe tanto sobre mí, y por qué se lo dir